Los voluntarios ayudan de manera puntual, pero «los misioneros permanentemente» - Alfa y Omega

Los voluntarios ayudan de manera puntual, pero «los misioneros permanentemente»

Misión América presenta sus principales proyectos para 2025. Según Joseba Segura, responsable de misiones de la CEE, la ONGD demuestra que «hay esperanza»

Rodrigo Moreno Quicios
Joseba Segura, Carlos Ruiz, Pilar García, Paulino Ramos, José María Calderón y María José Ballestero presentan los proyectos de Misión América
Joseba Segura, Carlos Ruiz, Pilar García, Paulino Ramos, José María Calderón y María José Ballestero presentan los proyectos de Misión América. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

«Estamos aquí para hablar de personas extraordinarias, hombres y mujeres que han renunciado a la comodidad de lo conocido para entregar la vida por los demás, son los misioneros». Son las palabras con las que María José Ballestero presidenta de Misión América, ha presentado en la Fundación Carlos Amberes durante la tarde de este jueves los últimos proyectos de esta ONGD.

Según Ballestero, con más de 32 años desarrollando 560 proyectos en más de 30 países, los misioneros implicados en Misión América «crean escuelas donde antes solo había lugares perdidos y montan hospitales donde la única opción era el olvido». Con un matiz especial pues, mientras «el trabajo que hacemos los voluntarios es maravilloso, pero no deja de ser puntual», en cambio, «la disponibilidad de los misioneros es permanente». Y ha reivindicado que, gracias a esta labor, «hoy hay comunidades enteras que han encontrado un nuevo camino».

Entre sus nuevos proyectos, Misión América quiere levantar un albergue en Mozambique en el que 16 niños se podrán alojar para acudir al único centro escolar de la zona. También construir una residencia para mujeres con adicciones en Argentina, instalar un tendido eléctrico y un transformador en un pueblo de Angola, formar a niñas en riesgo de exclusión social en México o ampliar un colegio en Venezuela.

Después, en una mesa redonda, Joseba Segura, obispo de Bilbao y presidente de la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias de la Conferencia Episcopal, ha hecho balance de los 12 años que fue misionero en América Latina. «Lo que más me ha marcado, más que la gestión de los proyectos, fue la experiencia en las parroquias donde estuve». Ha confesado durante la presentación de estos últimos proyectos de Misión América que «los que estamos viviendo aquí es una gran cosa porque hace poco tiempo desde la comisión decidimos apostar por esto y no podíamos creer que pocos años después estaríamos en esta reunión». Por lo que, en el marco del Jubileo de 2025, ha dicho a los asistentes: «¿Queréis esperanza? ¡Pues aquí está!».

Después, José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias, ha explicado cómo los misioneros en España cuentan con un gran reconocimiento y la escucha atenta de todas las personas, también de las abiertamente anticlericales. Después, ha declarado: «Yo intento animar a que los que estamos en España y trabajamos en nuestras cosas podamos apoyarles con la oración, con la acogida cuando vienen y quieren contarnos cosas y económicamente, que es una forma de hacernos todos misioneros con ellos».

Por su parte, Carlos Ruiz, misionero en Venezuela, ha narrado cómo el país «está en una gravísima crisis y uno de cada cuatro venezolanos está fuera». Ha apuntado cómo «seguramente sea la nación con más emigrantes del mundo». Una dinámica que se ha agravado tras «el robo de las elecciones del 28 de julio», que ha sumido a su población en «un nuevo ciclo de decepción y desánimo muy grande». A su juicio, «el problema es que ya no ven esperanza en las coordenadas sociales y lo que esperan es irse o que les manden remesas para sobrevivir».

A través de la educación, Ruiz aspira que los colegios de Fe y Alegría consigan contrarrestar la «desestructuración familiar», agravada tras la migración de los progenitores. Y ha narrado cómo su parroquia cuenta desde hace diez años con «un colegio parroquial que atiende ahora mismo a unos 400 muchachos y unos 200 adultos» que, aparte de alfabetizarse, aprenden oficios como el corte y confección o la metalurgia.

Paulino Ramos, colaborador de la Fundación Palliri, ha explicado cómo Bolivia «es un país muy interesante y tiene una cultura de muchos años pero, por circunstancias, es el país más pobre en renta per cápita de Sudamérica y lleva dos años con una crisis política». Ha revelado que los locales «no tienen gasolina y es un país prácticamente fallido». No obstante, en ese contexto, ha elogiado el testimonio de un matrimonio misionero que ha conseguido poner en marcha cuatro pequeñas escuelas donde, aparte de estudiar, los niños reciben varias comidas al día y «en ese sentido, van servidos».

Más tarde, Pilar García, secretaria de Misión América, ha elogiado el papel de las delegaciones de misiones de las diferentes diócesis porque es el modo en el que consigue mantener contacto con los 11.000 misioneros por el mundo de origen español. Ha llamado a dar a conocer las diferentes iniciativas que existen a «nuestras provincias, diputaciones y ayuntamientos». También a difundir su existencia entre la ciudadanía «para tener socios». «Hay que dar las gracias a los ayuntamientos porque nos abren las puertas, pero puedes sufrir mucho para presentar una subvención, a veces no se cubren por entero y necesitamos fondos propios», ha explicado.

Finalmente, Joseba Segura ha explicado cómo, aunque Europa pierde medio millón de creyentes al año, «África gana 7,2 todos los años». Ha invitado a «no perder la riqueza enorme que llega con el hecho de entender y experimentar la vida de la Iglesia católica como una Iglesia presente en muchas culturas y muchos continentes». Y ha pedido que cada uno «haga lo que pueda para colaborar con la misión ad gentes» y «mantener esa identidad de Iglesia española para que no cierre las puertas y pueda ir a muchos otros sitios.