Las palabras proféticas del Papa Francisco, desde el hospital, antes del bombardeo de Israel - Alfa y Omega

Las palabras proféticas del Papa Francisco, desde el hospital, antes del bombardeo de Israel

«En este momento de enfermedad, la guerra parece aún más absurda», escribió el Pontífice pocos días antes del ataque sobre Gaza

José Calderero de Aldecoa
Una mujer sentada sobre las ruinas de un edificio
Una mujer sentada sobre las ruinas de un edificio. Foto: AFP / Eyad Baba.

En una carta dirigida al director del Corriere della Sera, el Papa Francisco se volvió a pronunciar en contra de la guerra. «Estimado director. Quisiera agradecerle las palabras de cercanía con las que ha querido estar presente en este momento de enfermedad en el que, como he dicho, la guerra parece aún más absurda», aseguró el Papa en la misiva.

El texto, escrito desde el hospital Gemelli y fechado el 14 de marzo, ha sido difundido este martes por el diario italiano. Una publicación que ha coincidido, de forma profética, con el bombardeo de Israel sobre Gaza, que ha dejado de momento cerca de 400 muertos y más de 560 heridos. Por suerte, no hay que lamentar víctimas entre los cristianos que se encuentran refugiados en la parroquia de la Sagrada Familia.

Asimismo, en el documento el Santo Padre denuncia la destrucción que causan los conflictos, que «devastan comunidades y el medio ambiente». Todo ello, además, «sin ofrecer soluciones». En este sentido, ha subrayado el papel de «la diplomacia y las organizaciones internacionales», pero ha aclarado que «necesitan sangre nueva y credibilidad».

Por su parte, «las religiones pueden recurrir a la espiritualidad de los pueblos para reavivar el deseo de fraternidad y justicia, la esperanza de paz». Pero todo ello, ha aseverado el Papa, «exige compromiso, trabajo, silencio y palabras».

En la última parte de la carta, Francisco se fija específicamente en las palabras. «Sientan su importancia», aconseja, porque «nunca son solo palabras», sino «hechos que construyen entornos humanos». En este sentido, «pueden conectar o dividir, servir a la verdad o servirse de ella. Debemos desarmar las palabras, para desarmar las mentes y desarmar la Tierra. Hay una gran necesidad de reflexión, de calma, de sentido de la complejidad».

Por último, el Pontífice reflexiona sobre la fragilidad humana, que «tiene el poder de hacernos más claros sobre lo que dura y lo que pasa, sobre lo que nos hace vivir y lo que mata». Y añade: «Quizá por eso tendemos tan a menudo a negar los límites y a rehuir a las personas frágiles y heridas: tienen el poder de cuestionar la dirección que hemos elegido, como individuos y como comunidad».