Cobo encarga a los influencers salir al encuentro de los jóvenes en riesgo de suicidio
En un afterwork con unos 60 comunicadores católicos, los emplaza a «generar puentes para ir acogiendo a esta gente» en las parroquias
«Este encuentro quiere ser una continuación del que tuvimos el año pasado, la idea es vernos, charlar un rato, proyectar un poquito y recoger ideas como Iglesia. Estamos hablando de la evangelización, en ese charco estamos todos». Así ha comenzado José Cobo, arzobispo de Madrid, su encuentro con unos 60 influencers católicos en la Casa de San Justo durante la tarde de este jueves. Un afterwork que recoge el testigo de #ashtagMadrid, el coloquio que la archidiócesis celebró en abril del año pasado junto a Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación.
Al comienzo de la reunión, el cardenal Cobo ha pronunciado una oración en la que ha dado las «gracias por la docilidad de haber venido aquí y encontrarnos en esta misión al servicio de toda la Iglesia». Después, la Delegación de Jóvenes de Madrid ha iniciado una dinámica para que todos los participantes se presentaran. Entre ellos estaban el chef Fray Marcos, Abel de Jesús —profesor de Religión y divulgador de Teología— o @soyunamadrenormal. También ha habido representantes de los grupos de comunicación de diferentes parroquias, como Pilarín, quien iba en nombre de la parroquia de Las Tablas. O Juan, profesor de 22 años en representación de la parroquia de la Santísima Trinidad.
Fer Rubio, un sacerdote implicado en la Delegación de Jóvenes, ha refutado la frase manida de «creo en Dios pero no en la Iglesia», alegando que «la Iglesia es lo que estamos haciendo aquí». Más tarde, el cardenal Cobo ha propuesto como metáfora del mundo actual aquellas películas del Oeste en las que «llega un momento en el que, después de que cada uno fuera a su sitio con caravanas, hubo que crear pueblos y echar raíces». Con un matiz: «Ya no estamos en el terreno de los primeros colonizadores sino que vamos por caminos que han hecho otros».
Atendiendo a las preguntas de los asistentes, quienes han buscado ideas para reforzar la dimensión común de su tarea, el cardenal Cobo ha explicado que «el misionero no puede hacerlo todo», pues las personas que acuden a él «en algún lugar tendrán que ir a Misa o confesarse». Por lo que es imprescindible «remitirlas a una comunidad cristiana para consolidar el proceso» y que las personas sean peregrinas de verdad en vez de deambular sin rumbo de un influencer a otro. Por su parte, Sara de la Torre, delegada de Medios de la archidiócesis de Madrid, ha valorado que «toda la labor del misionero digital tiene que ver con la comunicación y a través de las redes podemos hacer ver que hay una familia con las puertas abiertas».
Carlos Taracena, uno de los responsables de comunicación de la Delegación de Jóvenes, ha comentado que «las personas que abren su corazón por redes sociales a veces cuentan allí su situación porque no tienen con quien hacerlo en su entorno». Por lo que ha animado a derivar a parroquias de confianza o —en los casos necesarios— a psicólogos para atender las crisis vitales.
Preguntado por un «diagnóstico» de la situación actual, el cardenal Cobo ha comentado que «cada uno tiene que hablar de lo que tiene que hablar» para ser auténtico. «Lo que estoy oyendo es la necesidad de sintonizar entre las líneas que vamos poniendo», con un énfasis fuerte en la urgencia de «redescubrir nuestro Bautismo». En el caso concreto de Madrid, ha advertido de que «tenemos uno de los indicios más altos de suicidio juvenil». «Tenemos que ir generando puentes entre vosotros para ir acogiendo a esta gente», ha emplazado.
Por su parte, Ignacio Amorós —uno de los responsables de Se Buscan Rebeldes— ha comentado cómo «la parte sacramental no puede estar en redes» pero sí «la parte misionera de pescar y anunciar a Cristo». Y ha recogido el testigo del #ashtagMadrid que se celebró en abril del año pasado, cuando el secretario del Dicasterio para la Comunicación, Lucio Adrián Ruiz, advirtió del «antitestimonio» que supone «la falta de unidad» y que «prediquemos la caridad y luego estemos todos peleados».
Finalmente, el cardenal Cobo ha llamado a los influencers a «no estar pendientes de los números sino a ser auténticos cristianos católicos». Y recordado que, en caso de duda, «la fidelidad consiste en preguntar» a otras personas con más experiencia. «No somos llaneros solitarios», ha concluido.