Pablo d’Ors: «En el mundo del espíritu no hay fronteras»
El escritor y sacerdote publica Devoción, una versión narrativa de Relatos de un peregrino ruso. «La experiencia espiritual es en esencia la misma en cualquier época y lugar», afirma
Este miércoles llega a las librerías de toda España Devoción, la última obra del escritor y sacerdote Pablo d’Ors, en la que versiona el clásico de la espiritualidad ortodoxa Relatos de un peregrino ruso.
¿Qué es Devoción, y qué aportación personal ha querido realizar a esta obra clásica de la espiritualidad cristiana?
Mi libro es una versión narrativa de esa obra, así como un ensayo en el que reflexiono sobre sus principales enseñanzas espirituales. En él hablo sobre lo que se conoce como oración del corazón, que es uno de los nombres, seguramente el más bonito, de la meditación cristiana. Confío en haber explicitado en estas páginas, con la mayor claridad posible, tanto el método meditativo como la hondura y belleza de esta tradición contemplativa.
¿Qué enseñanzas deja al buscador espiritual?
Son muchas, pero la principal es, en cualquier caso, el poder del mantra o jaculatoria para poder conectar con el propio cuerpo y, de ahí, con todo el cosmos para, desde esa experiencia de profunda comunión, comprender que todo está preñado del Espíritu divino.
En este sentido atraviesa las fronteras entre religión y espiritualidad, pero al mismo tiempo está centrado en la repetición del Nombre de Jesús. ¿Se trata de dos elementos irreconciliables?
Es evidente que quienes no sean cristianos y cultiven su interioridad por medio de la recitación de una palabra sagrada, no utilizarán para ello la palabra «Jesús», sino otra que les sea más afín a su tradición. Pero lo que El peregrino ruso muestra, en mi opinión, es que la experiencia espiritual es en esencia la misma en cualquier época y lugar. Aunque muchos no quieran ni oírlo, esto significa que la vivencia interior de los místicos cristianos es sustancialmente la misma que la de los místicos sufíes, la de los yoguis del Himalaya o la de los budistas iluminados, por solo poner algunos ejemplos. Pero también apunta a cómo, entre la experiencia interior de Pablo de Tarso, Agustín de Hipona, Ignacio de Loyola o Charles de Foucauld –y me limito a citar a cuatro titanes de la fe–, no hay tampoco, en sustancia, tantas diferencias. Esto es importante porque es el fundamento de un auténtico diálogo interreligioso y porque permite que un místico de hoy pueda sentir a un místico de cualquier pasado, sea de su tradición o de otra, como a un verdadero hermano. Esto es importante: en el mundo del espíritu no hay fronteras, la ausencia de fronteras es lo propiamente espiritual.
Dice en la presentación de su obra que es el libro que le habría gustado leer con 20 años. ¿Por qué?
Porque habría podido avanzar mucho más rápida y eficientemente en el camino de mi crecimiento interior. Pero, en cualquier caso, ha estado bien como ha estado y doy gracias a Dios por absolutamente todo. Todo, hasta lo que en su día me pareció oscuro y equivocado, lo estimo hoy perfecto y necesario.
Pablo d’Ors
Galaxia Gutemberg
2025
232
15,90 €
