Fundación Edelvives y Newtral unen fuerzas para vacunar a los jóvenes contra los bulos
Impartirán juntos cursos a los alumnos, familias y profesores en torno a los colegios. «Nuestra humanidad da a los chavales un suelo que pisar», opinan
«Los medios de comunicación y otras instituciones públicas estáis en entredicho». Es la advertencia que hace a este semanario Miriam Ozcoidi, responsable de Formación de la Fundación Edelvives. Nos atiende unos días después de que la entidad selle un acuerdo con la agencia de verificación Newtral para formar a alumnos, sus familias y profesores en la detección de bulos y la lucha contra la desinformación. Una sensibilización que puede ayudarles a ser más críticos con lo que encuentren en redes sociales y recuperar la confianza en los profesionales de la comunicación.
Según esta técnico de la fundación, los talleres que organiza junto a las periodistas Ana Pastor e Irene Larraz están «muy personalizados a las instituciones y sus necesidades». Al estar destinados a grupos de edad diferentes, se centran en los aspectos más nucleares para cada uno de ellos. Y los que realizan en los colegios normalmente se desarrollan en dos jornadas: una primera en la que se enseñan unas herramientas básicas y una segunda «un trimestre después para ver cuál es el progreso y las dificultades y poder evaluarlo». Además, al margen de los centros educativos, «muchas instituciones nos piden jornadas enteras para poder trabajar a fondo esta temática».
Ozcoidi narra cómo tanto ella como sus compañeros en la fundación «hemos podido ver que en TikTok hay mucha gente joven, no hay filtros, es un mundo emocional y, si de repente sale una chica contando cualquier bulo, te lo crees a pies juntillas». Alerta de que, aparte la búsqueda de reafirmación y viralidad, a menudo detrás de estos perfiles hay «empresas y otros intereses» que monetizan la confusión o que desestabilizan instituciones. «Los más jóvenes son carne de cañón en todo esto, lo hemos podido ver con la DANA», añade.
La responsable de Formación de Fundación Edelvives diagnostica además que estas dinámicas persiguen en última instancia «formar adultos radicales y sin criterio». Una pendiente resbaladiza que considera que los talleres pueden frenar al dar espacio para «poder pararnos ante una noticia, ver qué me quiere decir y qué hay detrás».
Otro riesgo que señala Miriam Ozcoidi es que, una vez insertos en la sospecha y el escepticismo, los adolescentes entren en «un ambiente en el que parece que nada vale». «Los bulos buscan dudar de absolutamente todo», señala, hasta sumir a los jóvenes en la indiferencia y la parálisis. Es un escenario que los periodistas tratan de desmontar al seguir convencidos de que la verdad existe. Y tienen aliados en la educación, los libros, la sociedad y «nuestra humanidad, que da a los chavales un suelo donde pisar y crecer».
Finalmente, Ozcoidi comparte algunas claves para diferenciar las noticias fidedignas del ruido y que ha interiorizado en este tipo de cursos que organiza Fundación Edelvives. El primero, «si una noticia nos llega directamente al corazón y la vivimos de una manera muy emocional, hay que pensar dos veces antes de pasarla enseguida». Advierte de que, a menudo, «a los chavales, todo lo que les llega les afecta mucho y enseguida lo pasan». Propone en su lugar «ver de dónde viene esto y quién lo manda» antes de seguir alargando su cadena de difusión. Y un segundo truco, que ha aprendido directamente de Ana Pastor es que, «al igual que antes jugábamos a las siete diferencias, ahora, cuando vemos imágenes y queremos saber si son de verdad o bulos, hay pequeños errores que nos pueden mostrar que no son verdad». Pues, entre otros ejemplos, algunas inteligencias artificiales tienen problemas —de momento— para reproducir de manera creíble manos o dientes.