La monja española a la que los tercios de Flandes pedían su bendición antes de la batalla - Alfa y Omega

La monja española a la que los tercios de Flandes pedían su bendición antes de la batalla

Llega a las pantallas el documental Una carmelita en Flandes, sobre la beata Ana de San Bartolomé, «reliquia viva de Teresa de Ávila»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Teresa de Jesús muere en brazos de Ana de San Bartolomé en el cuadro de Isabel Guerra 'Y el almendro floreció'
Teresa de Jesús muere en brazos de Ana de San Bartolomé en el cuadro de Isabel Guerra Y el almendro floreció.

Fue secretaria, enfermera y confidente de santa Teresa de Jesús, que murió en sus brazos. Y sin saber una palabra de francés, fundó varios carmelos en Francia y Flandes, donde fue consejera de la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos. Se trata de Ana de san Bartolomé, sobre cuya vida la que Goya Producciones acaba de lanzar el documental Una carmelita en Flandes.

La cinta se inspira en el libro del mismo nombre de Sonnia Rivas-Caballero y Belén Yuste, que se refiere a la beata como «secretaria y confidente de santa Teresa, la persona más cercana en el momento de su muerte, hasta el punto de que murió en sus brazos», como recoge el cuadro de Isabel Guerra Y el almendro floreció.

Belén Yuste, de rojo, en la presentación del documental
Belén Yuste, de rojo, en la presentación del documental. Foto: Goya Producciones.

A la muerte de la fundadora del carmelo descalzo, a Ana de San Bartolomé se la consideraba «una reliquia viva de la santa». Es «un personaje de novela», afirma Yuste, que destaca de la beata que fue «una humilde campesina toledana que llegó a fundar en Francia y en Amberes, donde se convirtió en consejera de la infanta Isabel Clara Eugenia, un salto social impensable en su tiempo». De hecho, la infanta «no tomaba una decisión de envergadura sin consultarla, y los tercios españoles en Flandes pasaban por su carmelo para pedir su bendición».

Tras su muerte, su fama de santidad de santidad se extendió con rapidez, pero no fue beatificada hasta 1917, en la única ceremonia de este tipo que tuvo lugar en los años de la Primera Guerra Mundial. «Ahora hay que relanzar su devoción, para que la gente la conozca más y le pida favores», dice Yuste. En este sentido, a la asociación de amigos que lleva su nombre «nos han llamado ya con numerosas gracias, y hay gente que considera con toda seguridad haber sido curada por ella. Solo hay que esperar a un nuevo milagro para que pueda ser canonizada».

Una carmelita en Flandes está ya disponible en streaming en http://Famiplay.com y en DVD con copia digital en encristiano.com y librerías religiosas.