Los obispos españoles alertan sobre la «sanación transgeneracional» - Alfa y Omega

Los obispos españoles alertan sobre la «sanación transgeneracional»

La Comisión episcopal para la Doctrina de la Fe publica una nota aclaratoria acerca de esta práctica «por el gran daño moral y espiritual que puede causar en el pueblo santo de Dios»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El documento habla de «un sincretismo de apariencia católica»
El documento habla de «un sincretismo de apariencia católica». Foto: Kalandrakas.

«En los últimos años se ha detectado en algunas diócesis españolas, especialmente en el ámbito de oraciones y retiros organizados por nuevos movimientos religiosos de carácter carismático, la práctica por parte de sacerdotes vinculados a estos movimientos de la conocida como “sanación intergeneracional”». Así comienza la nota doctrinal Su misericordia se extiende de generación en generación, que ha hecho pública este martes la Comisión episcopal para la Doctrina de la Fe de la CEE.

Con ella sale al paso de la «preocupación» de los obispos españoles acerca de esta praxis «promovida por algunos sacerdotes católicos». Así, el texto ofrece una valoración a luz del magisterio de la Iglesia de los principios teológicos en los que se apoya la conocida como «sanación intergeneracional» o «sanación del árbol genealógico», y llega a la conclusión de que estos «son ajenos a la Tradición y a la doctrina de la Iglesia», para acabar «desaconsejando» su práctica «por el gran daño moral y espiritual que puede causar en el pueblo santo de Dios».

El documento sale a la luz después de que la comisión pidiera informes a diversos expertos del campo de la teología dogmática, la teología espiritual y la psicología, concluyendo en el texto hoy presentado y que fue aprobado por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española a finales de septiembre.

Aunque esta práctica se realiza «con la mejor intención y con el deseo de aliviar el sufrimiento de las personas», sin embargo «fusiona aspectos propios de la fe católica con otros que le son ajenos», dice el documento, creando «un sincretismo de apariencia católica» que colisiona con la doctrina de la escatología, «particularmente la doctrina del purgatorio y la retribución»; de eclesiología, «en lo que respecta la comunión de los santos, vivos y difuntos, en el cuerpo de Cristo»; de antropología, pues «elimina la responsabilidad personal en el pecado y la libertad del ser humano»; y de la teología de los sacramentos, «especialmente en la comprensión de la Eucaristía y del Bautismo».

Tras citar algunas intervenciones magisteriales de otras conferencias episcopales, el texto concluye señalando que «a nadie puede imputársele pecados ajenos ni se le debe hacer responsable de los pecados de generaciones anteriores, sino que cada uno es responsable de su propia vida y de sus propios pecados». Asimismo, «el único pecado que se hereda de generación en generación es el pecado original, que no tiene carácter de culpa personal ni su castigo pasa a la siguiente generación», subraya.