Enrique Benavent: «Solo se siembra esperanza si se está cerca de la gente»
El arzobispo de Valencia se ha hecho presente en medio del dolor. «Hay mucha destrucción» y «sufrimiento», pero también «mucha fe y esperanza», resume para Alfa y Omega
¿Cómo ha vivido los continuos gestos del Santo Padre con Valencia?
Con una gran emoción. Que el Papa nos tenga tan presentes significa que nos lleva a su oración y eso es consolador para toda la diócesis. Realmente lleva en su corazón esta tragedia y a cuantas personas están sufriendo sus consecuencias, que son muchas. Hay fallecidos, hay familias que han quedado rotas, personas que se han salvado pero después de vivir una situación dramática; hay también quien ha perdido su casa o su trabajo. He visto pueblos enteros totalmente arrasados. Hay que pasear por las calles de estos lugares para ser conscientes, de verdad, de la magnitud de la tragedia.
Usted lo ha hecho. ¿Cómo describiría la situación?
Hay mucha destrucción. Mucho sufrimiento. Mucha fe. Mucha esperanza. He hablado con personas que han sufrido las consecuencias y siempre surgían las mismas preguntas: «¿Esto por qué ha sucedido? ¿Esto qué significa?». Preguntas que no tienen fácil respuesta. Hay que intentar sembrar esperanza en el corazón de la gente. Pero eso solo se hace si se está cerca de ella, si se da muestra de afecto y cariño, gestos de humanidad. Todo esto conforta y consuela.
Le traslado las mismas preguntas de la gente. ¿Esto por qué ha sucedido? ¿Dónde está Dios en esta catástrofe?
Ciertamente en estos momentos a veces la fe se vuelve una fe, ¿como diría yo?, difícil de justificar ante un no creyente. Pero pienso que a Dios ahora la gente lo puede percibir en la cercanía de los que creemos en Él. Cuando los cristianos no nos echamos para atrás, invitamos a la gente a rezar y anunciamos la Palabra de Dios, ese dolor, que ahora lo invade todo, dejará paso a la esperanza y a la confianza en Dios; aunque son procesos que exigen su tiempo. La gente tiene que sentir nuestro afecto y nuestra caridad.
En este sentido, ¿qué le sugiere la cantidad de voluntarios que están colaborando?
Una gran satisfacción. Tengo un familiar que vive en una de las poblaciones afectadas y su casa ha quedado destruida prácticamente. Ellos gracias a Dios no han tenido daños personales, pero me decía en un mensaje: «Muchos de los que han venido a ayudarnos son grupos de parroquias». Eso es un detalle. Pero es que además lo he visto con mis propios ojos. Éramos todos una misma familia. En ese momento estábamos donde debíamos estar.
¿Teme que baje la atención mediática y que la gente deje de ayudar en el futuro? ¿Cómo se puede hacer para tratar de sostener una ayuda de largo recorrido?
Cáritas está haciendo un gran esfuerzo por intentar dar una respuesta a las necesidades inmediatas de productos básicos. Por otro lado, está generando un fondo porque estamos convencidos de que las ayudas oficiales llegarán, pero no sé si dará para cubrir todas las necesidades de las personas. Prevemos que tendremos que ayudar a muchas familias a largo plazo.
También le quiero preguntar por el tema de la polarización. ¿Qué lectura hacer de los acontecimientos políticos que han sucedido?
No voy a hacer una valoración política de la situación, pero pienso que nosotros, los cristianos, en primer lugar, tenemos que tener presentes a las personas. Hay que estar cerca de ellas y de sus necesidades, ya sean materiales o espirituales. El primer foco de atención, tanto para la Iglesia como para quienes son servidores de la sociedad, que son los políticos, debe ser ese. Luego, cada uno en su conciencia tendrá que mirar si realmente eso es lo primero que le ha preocupado, lo primero que le ha llevado a actuar. Pero yo no soy quién para juzgar a nadie.