Las menores embarazadas «sufren violencia social» en colegios y centros de salud
Con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, la Fundación Madrina denuncia el acoso que sufren las menores en estado en sus ámbitos más cercanos
El embarazo adolescente es la nueva diana del acoso escolar en España. Así lo ha denunciado la Fundación Madrina en un comunicado hecho público este jueves con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, que se celebra anualmente cada 7 de noviembre.
La fundación de ayuda a las madres embarazadas alerta de este modo sobre «el preocupante aumento de casos de bullying hacia adolescentes embarazadas en centros educativos españoles», un fenómeno que ocasiona en las chicas «graves consecuencias en su desarrollo académico y personal».
«Llevamos años identificando y denunciando este fenómeno del bullying por parte de los propios compañeros», dice Conrado Giménez, presidente de Madrina, que denuncia que «en los colegios no están funcionando los protocolos antiacoso en estos casos», por los que las adolescentes embarazadas y las que ya han dado a luz «al final son excluidas del mundo escolar, primero desde el absentismo y después directamente desde el abandono».
Conrado añade que incluso «hay colegios en los que incluso las señalan por estar embarazadas», a los que se unen aquellos que «no están adaptados a esta realidad que existe y que va en aumento. Necesitan ayuda y lo colegios no están adaptados a ello». Por ejemplo, cuando ya son madres y tienen que dar el pecho, «no hay lugares específicos para hacerlo», por lo que «los colegios tienen que tomar medidas», ya que la solución para estas mujeres «no es excluirlas, sino cubrir sus necesidades».
Centros de salud y ONG
El presidente de la Fundación Madrina no duda en utilizar la expresión «violencia social» al referirse a este fenómeno y al que sufren las adolescentes en los centros de salud, el primer recurso al que acuden tras enterarse de su embarazo. «Es algo generalizado que lo primero que les ofrecen médicos, matronas, enfermeras y trabajadores sociales es el aborto, e incluso llegan a presionarlas para que lo hagan», denuncia.
Dado que por su edad no tienen tantas defensas como una mujer adulta, «es frecuente que estas chicas se hundan y tengan problemas psicológicos, incluso con riesgo de suicidio». «Y también hay ONG dedicadas a la infancia que, al recibir las llamadas de orientación de estas chicas, se limitan a darles el contacto de algún centro donde puedan abortar», lamenta, criticando la violencia institucional a la que se enfrentan solas.