Un Día de la Iglesia Diocesana en clave vocacional: ¿Y si lo que buscas está en tu interior?
Con la campaña «buscamos sensibilizar a los bautizados, para avanzar con ellos en sinodalidad y corresponsabilidad», pero «también queremos llegar a los que están fuera, en la periferia»
La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha presentado este jueves la campaña del Día de la Iglesia Diocesana, con la que «buscamos sensibilizar a los bautizados, para avanzar con ellos en sinodalidad y corresponsabilidad», pero con la que «también queremos llegar a los que están fuera, en la periferia», ha asegurado Vicente Rebollo, obispo responsable del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la CEE.
El también obispo de Tarazona ha afirmado que con este tipo de iniciativas hay gente que conoce la actividad de la Iglesia y «se acerca después a ella. Algunos vienen con carencias o vacíos», de ahí el lema de la campaña: ¿Y si lo que buscas está en tu interior? En cualquier caso, Rebollo ha subrayado la labor de la Iglesia, «dispuesta a acoger y a servir» en cualquier circunstancia.
En último lugar, el prelado ha explicado que el Día de la Iglesia Diocesana en esta ocasión está íntimamente ligado al tema de las vocaciones, un ámbito en el que «nos estamos centrando este año desde la CEE». El colofón, ha concluido, «será el Congreso Nacional de Vocaciones», que se celebrará en Madrid del 7 al 9 de febrero.
Primer peldaño
De igual forma, el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, ha insistido en el tema de la vocación. Ha explicado que «el Día de la Iglesia Diocesana quiere ser un primer peldaño de ese congreso de vocaciones que celebraremos en febrero». En este sentido, ha definido la vocación como «un regalo único de Dios», que «nos abre un horizonte de esperanza» y «nos invita a vivir el sueño de Dios para cada uno».
Sobre el lema de la campaña, Albalad ha asegurado que se trata de «una pregunta sugestiva» lanzada para «que toda la sociedad pueda llenar sus vacíos o carencias, independientemente de sus circunstancias». Al final, «todos tenemos en común la búsqueda de la felicidad; lo que ocurre es que hay que preguntarse si uno la está buscando en el lugar adecuado». Quizá —ha concluido— «hay que mirar dentro de uno mismo, porque hay muchas vidas vacías, pero Dios puede llenarlas todas».