Una estrella fugaz. El bien que hay en una vida breve y difícil - Alfa y Omega

Una estrella fugaz. El bien que hay en una vida breve y difícil

Juan Orellana
Ágata y sus hijos visitan el sepulcro del pequeño Pep
Ágata y sus hijos visitan el sepulcro del pequeño Pep. Foto: Bastian Films / btcom / Tilma Films.

El documentalista Arturo Méndiz se pone tras las cámaras junto a su colaborador habitual, Ignasi Guerrero, para llevarnos de la mano a una realidad de mucho dolor, pero también esperanza. Una realidad de la que huimos instintivamente, pero de la que a veces no es posible escapar. En este caso, fue el mismísimo Guerrero el que tuvo que enfrentarse a la muerte prematura de su hijo Pep, de 4 años, tras un tiempo muy duro de entradas y salidas a la UCI del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Ignasi, que siempre había estado tras las cámaras de Méndiz como fotógrafo o montador, ahora debe ponerse delante, para abrir su corazón y el de su mujer, Ágata Carreras, y recordar todo lo que vivieron.

El documental no se limita a rememorar las distintas fases de la nada fácil vida de su hijo, sino que nos pone en contacto con otros muchos padres a los que conocieron en la UCI y que vieron a sus hijos salir adelante o morir. Al relato de los hechos —reconstruidos con una sencilla animación del Estudio Matte— se añade el abanico de experiencias emocionales, psicológicas y espirituales que vivió el matrimonio Guerrero Carreras en aquellos años. Pero la onda expansiva se dilata y conocemos, por ejemplo, a la madre de Ignasi, que perdió a su otro hijo en plena juventud, aquejado de una dolencia crónica cerebral. Es precisamente esta mujer, la abuela de Pep, la que al final del filme nos da la clave fundamental de interpretación del mismo: ella vivió la muerte de su hijo como una losa que la aplastaba en vida y para siempre, pero viendo a Ignasi y a su nuera vivir la enfermedad y muerte de Pep descubre una forma mucho más humana, luminosa y esperanzada de afrontar ese trance. Comprende que ha vivido en una posición equivocada durante muchos años.

La cuestión de la fe cristiana, en especial la de Ágata, se trata muy al final de la película, pero al no aparecer en gran parte del desarrollo de la historia, en ocasiones se vuelve demasiado opaco y angustioso. Hay otros temas interesantes que se tocan, como el ensañamiento terapéutico, el reto de los facultativos que tienen que poner en juego su humanidad ante decisiones de vida o muerte de un bebé y, sobre todo, la importancia de dejarse acompañar por padres que han vivido experiencias similares.

La puesta en escena es compleja. Ignasi, como codirector, tiene que conjugar su papel delante y detrás de la cámara, buscando el equilibrio entre las ganas de contar del documentalista y el pudor de quien también es objeto de ese documental. Lo consigue con intervenciones muy equilibradas, sin guiños melodramáticos, con un montaje vivaz en el que incluye la animación y una música que hace bien de sutura. Aunque la película se mueve en tiempos históricos distintos, se ve con alegría que en el presente Ignasi y Ágata se dedican a asesorar en el hospital, junto a los equipos médicos, a los nuevos padres que llegan asustados para afrontar el reto de una enfermedad grave de sus hijos recién nacidos.

Una estrella fugaz
Directores:

Ignasi Guerrero y Arturo Méndiz

País:

España y México

Año:

2024

Género:

Documental

Público:

+7 años

Cartel de 'Una estrella fugaz'