Juan Antonio López «no muere, se multiplica»
Los entes que conocían a este líder ambientalista hondureño asesinado exigen «verdad y justicia» y señalan a quienes «imponen su voluntad por la fuerza»
Apenas unos días después del asesinato el pasado 14 de septiembre de Juan Antonio López, un reconocido líder ambientalista hondureño, la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM) a la que pertenecía y el Movimiento Laudato Si’ han pedido «verdad y justicia». «Juan no muere, se multiplica», sentencian en su comunicado.
«Su memoria nos recuerda, al igual que muchas otras personas criminalizadas como Berta Cáceres, otra víctima más de la violencia», denuncian los dos entes. Reivindican que «era un hijo de Dios, un hermano afable y cercano». Y aseguran que honrarán «su testimonio de fe y su obra por el amor a una mejor casa común».
La REMAM y el Movimiento Laudato Si’ recuerdan que Juan Antonio López exigía la cancelación de los contratos en torno al parque nacional Montaña Botaderos Carlos Escaleras. Una causa que le llevó a denunciar «constantes amenazas de muerte». De hecho, la Corte Interamericana de Derechos Humanos había dictado en octubre de 2023 varias medidas cautelares a su favor, pero «resultaron ineficaces hasta el momento de su asesinato».
Estas plataformas por el cuidado de la creación han descrito el asesinato de López como un «mecanismo para silenciar las voces de los líderes comunitarios que, como él, luchan por el bien común frente a intereses económicos y políticos». En su opinión, son las personas detrás de tales pretensiones quienes «recurren al asesinato como instrumento». Incluso afirman que «el actual modelo económico tecnocrático y, en esencia, el sistema de muerte, engendran más Juanes López y Bertas Cáceres en nuestros pueblos de Mesoamérica».
Exigen al gobierno hondureño y su presidenta, Xiomara Castra, una profunda investigación. De lo contrario, «exhortamos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a actuar con las implicaciones correspondientes».
Por su parte, Jaime Splenger, arzobispo de Porto Alegre y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) ha condenado que «el asesinato de Juan es reflejo de una pequeña porción de la sociedad que es intolerante, injusta y que quiere imponer su voluntad por medio de la fuerza».
El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, exiliado en Roma desde enero de este año, participará en la segunda fase de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que arrancará este 2 de octubre. En 2023 fue sentenciado a 26 años de prisión acusado de traición a la patria, aunque con su expatriación ha podido viajar, por ejemplo, en varias ocasiones por España, como cuando se reunió con José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, o como cuando recogió en Oviedo el premio Libertas Internacional 2024 que había aceptado en su nombre.