Un equipo para convertir la Cañada Real en barrio - Alfa y Omega

Un equipo para convertir la Cañada Real en barrio

Los mediadores a los que Francisco felicitó en verano están capitaneados por el párroco local y coordinan el realojo de los vecinos

Rodrigo Moreno Quicios
La marginalidad de los vecinos de la Cañada Real les hace blanco fácil de la desinformación
La marginalidad de los vecinos de la Cañada Real les hace blanco fácil de la desinformación. Foto: Guillermo Navarro.

«El año pasado, mientras había un corte de luz en la Cañada Real, hubo otro de agua. Se difundió una cadena de WhatsApp sobre que nunca se iba a restablecer, pero después de hacer varias llamadas vimos que solo fue un arreglo puntual». Así narra un día típico Ane Aramendi, miembro del equipo de mediación que trabaja en el asentamiento. «Queremos garantizar el acceso a la información veraz», explica esta integrante de la Junta Directiva de la Asociación Barró, una de las entidades con más arraigo allí. Busca así una desescalada de los conflictos a los que la marginalidad puede empujar a las 5.000 personas que viven encajonadas y sin servicios entre varias ciudades cercanas a Madrid.

Aramendi y sus compañeros recibieron el pasado agosto la felicitación del Papa cuando Agustín Rodríguez, jefe del equipo y párroco de Santo Domingo de la Calzada, la iglesia de la barriada, le visitó en el Vaticano. Aparte de definir al sacerdote como «un chico despierto», invitó a sus compañeros a «cuidarse de los celos» y no compararse en exceso, una tentación cuando se trabaja en contextos difíciles. «Estamos en el mismo equipo, no pateen en contra», les pidió.

Luis Casado, miembro de este equipo, matiza que aunque sus siete miembros trabajen en entidades sociales, «aquí todos somos voluntarios y no tenemos entidad jurídica». Por su parte, Laura Gil, de la Fundación Secretariado Gitano, reivindica que lo crucial es «buscar estrategias que den respuesta a las necesidades de la población residente».

Ane Aramendi y Aura Morales trabajan juntas en el asentamiento
Ane Aramendi y Aura Morales trabajan juntas en el asentamiento. Foto Cedida por Ane Aramendi.

Según explica Ane Aramendi, los mediadores en la Cañada Real también «fomentamos que se creen grupos comunitarios, sobre todo de mujeres». De hecho, buscan entre ellas las líderes porque suelen «tirar de los demás y quieren hacer de la Cañada Real un sitio más digno».

Aura Morales, técnico de la Asociación Barró y miembro del equipo felicitado por el Papa, añade que otra de sus funciones es «reunirse con los grupos políticos para unificar el discurso sobre qué es la Cañada Real y lo estigmatizada que está». Con un pie en los despachos y otro en los caminos de tierra, explica a los vecinos el realojo que los ayuntamientos de alrededor y la Comunidad de Madrid llevan promoviendo desde 2017 y al que destinarán 330 millones de euros. «Tiene que entenderse muy bien y que todas las partes sepan cuáles son sus derechos y obligaciones», advierte.

Morales celebra que, en la última asamblea de este pacto regional, acudieran por primera vez vecinos para hablar con los políticos. Achaca este «logro» al líder del equipo, Agustín Rodríguez. «Es un párroco que llama mucho la atención y tiene mucha presencia». Valora como «una gran noticia que el Papa le haya citado» y revela que sus compañeros y los miembros de la Asociación Europea de Mediación Social CreE.A están redactando «un documento con una llamada al derecho a la mediación» para que el Parlamento Europeo reconozca las iniciativas de este estilo. Después, quieren «enviárselo al Papa para que lo firme y se sepa lo que estamos haciendo».