La Iglesia quiere que las víctimas reciban el apoyo que merecen - Alfa y Omega

La Iglesia quiere que las víctimas reciban el apoyo que merecen

La apertura a escuchar a los afectados ha sido parte esencial del proceso que ha desembocado en un plan de reparación integral

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No ha sido fácil llegar aquí. El abordaje en la Iglesia española de los abusos sexuales a menores ha necesitado tiempo para concienciar a todos, bajar las defensas y dejar de actuar simplemente como reacción a los movimientos de otros. El punto de inflexión ha sido en muchos casos la apertura a escuchar a las víctimas. Tocar su dolor y dialogar con ellas sobre lo que realmente esperan y necesitan han sido partes esenciales del proceso que ha desembocado en un plan de reparación integral (PRIVA) en el que la Conferencia Episcopal Española y la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) van de la mano. También lo ha sido el intercambio con el Defensor del Pueblo, con cuyo informe se ha contado.

La Iglesia en España cierra un curso muy intenso y no exento de altibajos en este ámbito con los deberes hechos —en el sentir de buena parte de los afectados— y ánimo para seguir trabajando. El plan es un paso crucial que va más allá de la legalidad y busca «mantener la puerta abierta a escuchar a cualquier víctima» cuando se ha agotado la vía jurídica, subrayó el presidente de los obispos, Luis Argüello. Una comisión asesora estudiará cada caso de forma individual, partiendo de lo que el superviviente pide —no solo en lo económico— y sin que tengan que revivir lo ocurrido. Todo ello desde la discreción y lealtad, pues muchos prefieren el anonimato.

Este compromiso renovado es una señal esperanzadora de que todas las víctimas recibirán el apoyo que merecen. Eso sí, siempre desde la conciencia de que el camino hacia la justicia y la reconciliación requiere esfuerzo continuo y diálogo abierto. Es de esperar que las lecciones aprendidas no se olviden y sirvan para implementar de forma sólida el PRIVA a pesar de no ser vinculante —el voto favorable de todos los obispos compromete de alguna forma a cada diócesis— y de afrontar con esta misma actitud retos que se quedan fuera de él, como el de los abusos sufridos por adultos y aquellos de poder y conciencia.

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