En 1988 el profesor de Psiquiatría de Harvard Armand Nicholi (1927-2017) publicó una obra que se llamaba The Question of God, en la que confrontaba el pensamiento de Sigmund Freud con el de Clive Staples Lewis en torno a Dios, el amor, el sexo y el sentido de la vida. El padre del psicoanálisis era ateo y el escritor norirlandés era cristiano converso. En 2009, el dramaturgo norteamericano Mark St. Germain convirtió el ensayo de Nicholi en una obra de teatro llamada La última sesión de Freud, de gran éxito internacional. Y en 2023, el cineasta Matt Brown llevó al cine una adaptación homónima de ese libreto, que ahora llega a las pantallas españolas. Obviamente, el encuentro que describe la obra es ficción y nunca tuvo lugar. Se basa en cartas y escritos de ambos autores.
Con una puesta en escena que no oculta su origen teatral, el filme tiene mucho de duelo interpretativo entre Anthony Hopkins en el papel de Freud y Matthew Goode en el de Lewis. Estamos en 1939, acaba de empezar la Segunda Guerra Mundial, y Freud ha huido del continente con su hija Anna (Liv Lisa Fries) y se han establecido en Londres. Una tarde, C. S. Lewis visita a Freud porque ha oído que el doctor vienés se ha molestado con una publicación suya. Esa visita de cortesía se convierte en una larga conversación sobre si es razonable o no creer en la existencia de Dios, amén de diversas cuestiones de otra índole, como la relación de ambos con sus padres o los orígenes de la homosexualidad. Como es de esperar, en el debate sobre Dios tiene especial relieve la reflexión sobre la existencia del mal y el sufrimiento de los inocentes.
La conversación está atravesada de diversos flashbacks en los que nos asomamos a episodios decisivos de la vida de los personajes, como los efectos que tuvo en Lewis su experiencia en el frente en la Gran Guerra, o el desgarro que le supuso a Freud la muerte de su hija Sophie y de su nieto.
Una subtrama interesante es la de Freud con su hija Anna. Diversos personajes de la película aluden a un trastorno del apego y a un vínculo patológico entre ellos. La escena en la que el padre psicoanaliza a la hija es especialmente significativa. La película deja abierta la hipótesis de que el lesbianismo de Anna tuviera que ver con esta relación paternofilial.
El guion no es parcial ni toma postura a favor de ninguno de los dos protagonistas ni de sus planteamientos, pero muestra con inteligencia las certezas y dudas de ambos, dejando que el espectador decida el veredicto final. Ciertamente es una película muy discursiva y se atragantará a quienes busquen más acción y giros de guion, pero la conversación se sigue bien, las interpretaciones acompañan con creces y los flashbacks oxigenan el desarrollo dramático. Pero que tampoco nadie espere exquisiteces filosóficas: es una película con vocación comercial. Si alguien desea más honduras, que vaya al escrito original.
Matt Brown
Reino Unido
2023
Drama
+12 años