La equiparación de embriones y fetos a simple tejido humano ya es realidad en la UE
«Trivializa la naturaleza única del ser humano y allana el camino para un mercado de embriones en la UE», asegura la asociación europea One of Us
El reglamento de la Unión Europea que equipara a los embriones y fetos con simple tejido humano y da facilidades para investigar con ellos ya es una realidad. Las Normas de Calidad y Seguridad para Sustancias de Origen Humano Destinadas al Uso Humano (abreviado como reglamento SoHo) recibieron el pasado lunes el visto bueno definitivo del Consejo de la UE, que representa a los 27 Estados miembro. Habían sido aprobadas en abril por el Parlamento Europeo. La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) ha denunciado que esta medida supone un atentado contra la dignidad humana.
En septiembre COMECE y el Katholisches Büro Berlin (un servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y la Asociación de Diócesis Alemanas) publicaron una declaración conjunta en la que expresaban su preocupación por la posición adoptada dos meses antes por el Parlamento Europeo durante la tramitación de la normativa. Esta nueva legislación sobre sangre, tejidos y células facilita la puesta en común de recursos a escala europea, para garantizar el acceso a tratamientos médicos a todos los ciudadanos de la UE. Ahora el reglamento, tras ser firmado tanto por el Consejo como por el Parlamento Europeo, entrará en vigor tras su publicación en el Diario Oficial de la UE.
La FAFCE (Federación de Asociaciones de Familias Católicas de Europa) ha señalado que los embriones y los fetos constituyen vida humana y que, por tanto, incluirlos en la lista de sustancias de origen humano (las llamadas SoHo) «no solo los reduce a células comunes, sino que abre peligrosas puertas a su utilización con fines de investigación e industriales». Esto «va en contra del respeto de la dignidad de la vida humana».
Por su parte la asociación europea One of Us ha coincidido en denunciar que el nuevo reglamento socava peligrosamente el valor del embrión. «Esto trivializa la naturaleza única del ser humano y allana el camino para un mercado de embriones en la UE. Al promover el intercambio transfronterizo de gametos, células embrionarias y embriones, la UE está creando efectivamente un mercado de embriones, lo que plantea serias preocupaciones éticas», ha señalado en un comunicado. En la práctica lo que se teme es que el reglamento facilite la comercialización de células embrionarias y gametos al incluirlos en la misma categoría que otras sustancias de origen humano.