El obispo de Ávila profundiza su diálogo con los sindicatos en un encuentro con UGT, CC. OO. y USO
Desde 2017, esta diócesis mantiene una fluida conversación con los agentes sociales, pues fue clave para mantener los puestos de trabajo de una gran fábrica
«En el ámbito de Castilla y León, no existe una diócesis con el tipo de interlocución con los sindicatos como tiene Ávila», presume Francisco Alberto Jiménez, su delegado de Pastoral del Trabajo, sin hacer menoscabo del resto de territorios. Como prueba, se remite al encuentro que tuvieron el pasado miércoles 17 de abril su obispo, Jesús Rico, con los secretarios generales provinciales de UGT, CC. OO. y USO. «Ellos reconocen la labor que hace la Iglesia, los movimientos de Acción Católica en el mundo obrero o Cáritas en la atención a las personas en situaciones más vulnerables», considera Jiménez.
El delegado, quien estuvo presente durante la reunión, narra a Alfa y Omega que en ella «se habló de la situación económica, social y laboral de Ávila, una provincia con altos índices de desempleo y en la que muchos de los nativos se van por falta de trabajo». Considera que «hay que apostar por una reindustrialización y crear tejido industrial, no solo en la ciudad de Ávila, también en las cabeceras de comarca». A su juicio, «si hubiera una buena política y se industrializara la provincia, la población joven permanecería».
De hecho, el obispo, UGT, CC. OO. y USO abordaron «el problema de despoblación en la provincia» y los esfuerzos de la Iglesia por «mantener la atención pastoral en los pueblos, donde la población es reducida». Paralelamente, se celebró que «recibimos migrantes de distintos orígenes» y los procedentes de Latinoamérica y el este de Europa se han integrado «especialmente bien» a lo largo de los últimos años.
Y uno de los puntos «en los que estábamos todos de acuerdo es que, teniendo una gran proximidad a Madrid, no nos beneficiamos de eso porque nuestra autopista es de peaje y la conexión ferroviaria es muy deficiente, propia del siglo pasado». Para conectar la provincia a la capital y aumentar sus exportaciones, coincidieron en la necesidad de que «ese problema se aborde» con acceso a trenes de alta velocidad. Algo que «no depende de las autoridades locales ni de las comunidad autónomas sino de la administración central».
Una tradición de diálogo
El encuentro de Jesús Rico con los sindicatos sigue la estela de los que tuvo anteriormente el antiguo obispo José María Gil Tamayo (arzobispo de Granada desde 2023) y, sobre todo, el obispo emérito Jesús García Burillo en 2017, cuando los conflictos laborales en torno a la fábrica de Nissan requirieron la mediación de la Iglesia.
«El Comité de Empresa decidió que, entre otras personas con influencia para intervenir en la crisis, había que acudir a la Iglesia para que hablara a favor de mantener la factoría y los puestos de trabajo», recuerda Francisco Alberto Jiménez. Y apunta que «al final se consiguió ese objetivo con también el aporte del obispo, quien habló personalmente con el responsable de Nissan en España».
Fruto de aquella experiencia positiva, «y de la inquietud social que tenía el siguiente obispo, Gil Tamayo», el ahora arzobispo de Granada celebró en su momento en Ávila «otros tres encuentros con especial empeño y cariño». Un guante que ha recogido Jesús Rico, a quien el personal de la diócesis, apenas asumió el ministerio episcopal, «le planteamos que había estos precedentes, una relación cercana, un trato muy cordial y que los secretarios generales provinciales de UGT, CC. OO. y USO estaban muy interesados». El delegado de Pastoral del Trabajo valora además que «es muy positivo tener esa interlocución y la experiencia del pasado miércoles ha sido una primera toma de contacto».
De cara al futuro, considera «que sería interesante, cuando haya algún tema de especial trascendencia para Ávila y su provincia, volver a tener un encuentro, que no sea solo este anual que ya está institucionalizado».