«La adicción al móvil no es solo de los niños, hay una falta de atención general»
La directora de Transformación Digital del Grupo Edelvives revela las conclusiones del I Simposio Nacional del Cuidado Educativo Integral, celebrado esta semana en Zaragoza
«Hemos pasado por ciclos en los que queríamos regalar a todo el mundo dispositivos en los colegios y ahora se los queremos quitar», ironiza ante Alfa y Omega Lidia Pitzalis, directora de Transformación Digital del Grupo Edelvives. Acaba de participar el pasado martes 16 de abril en el I Simposio Nacional del Cuidado Educativo Integral. Una cita organizada en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza que ha reunido a más de 650 docentes, familias y profesionales de la salud para buscar estrategias juntos para un buen uso de las pantallas por parte de los jóvenes.
Pitzalis, quien moderó en Zaragoza una mesa redonda titulada Usos e impactos de las redes sociales y dispositivos móviles, elogia el ejemplo que dieron durante el simposio los alumnos de 5º y 6º de Primaria del colegio Maestro Don Pedro Orós, en el pueblo maño de Movera. «Nos impresionaron», confiesa. Según contaron los estudiantes, «lo digital y lo real pueden existir en el colegio con esfuerzo por dotar a la tecnología de alma a través de proyectos». Uno de ellos es Versicos, con el que componen con el ordenador poemas a partir de fragmentos de canciones, o Más que risas, en el que redactan monólogos humorísticos. Durante la conferencia, estos alumnos abogaron por «un uso transparente y argumentado de la Inteligencia Artificial para hacer ciertos trabajos, no los deberes».
La técnico de Edelvives se interroga: «¿Queremos a estudiantes que desde edades tempranas aprendan a usar la tecnología de forma responsable o queremos dar la espalda a la sociedad». Y añade otra pregunta: «¿Creemos que, si no enseñamos la Inteligencia Artificial en el aula, los alumnos no van a usarla por su cuenta después?». Se responde argumentando que los centros educativos deben servir para «hacer competentes en usos razonables a los estudiantes de hoy y ciudadanos del futuro».
Lidia Pitzalis recuerda que «dentro del buen uso, un aporte fundamental es la responsabilidad de las familias» por encima de los propios docentes. «¿Quién tiene la responsabilidad de que un niño se acueste con el móvil y no descanse, el profesor o los padres?», ejemplifica. Y se hace eco de una de las aportaciones de una ponente en el simposio, Cristina Sánchez, trabajadora social de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (ASAPME), quien subrayó «la importancia del descanso para una salud mental, dedicar a los hijos tiempo de calidad y no decir que sí a todo».
Una de las estrategias para aprender estos límites es «adquirir la competencia digital en el aula con un tiempo limitado, razonable y compaginándola con otras actividades que fomenten la interacción social». «La atención y la autorregulación son hoy más importantes que nunca», sentencia Pitzalis,
De nada sirven los seguidores si no hay amigos
Otra de las personas que participó en el simposio fue Anna Forés, codirectora de la Cátedra de Neuroeducación de la Universidad de Barcelona. Reveló que, según investigaciones de su centro, entre un 3 % y 22 % de los adolescentes se sienten solos de forma habitual. «Parece que para el ser humano, y más para un adolescente, la soledad sea la emoción más dura que pueda imaginarse», valora Pitzalis, quien recalca que una cuenta en redes sociales llena de seguidores no sirve de nada «si no tienes amigos con quien quedar».
La directora de Transformación Digital del Grupo Edelvives pide no cargar las tintas contra los adolescentes y recuerda que «los adultos somos modelos» y a menudo ejemplos muy mejorables en cuanto al uso del teléfono. «La adicción no es solo de los niños, hay una falta de atención general», diagnostica. Y reclama que «no se les puede decir “suelta el móvil”» si el padre no está dispuesto a hacer lo mismo y «escuchar y conversar».
Advierte además sobre los riesgos que suponen para la concentración el abuso de los «microcontenidos», como los que pueden encontrarse en TikTok, de escasos segundos de duración. «Parece que cuesta mucho a los estudiantes de hoy ver una película de hora y media porque se han acostumbrado a un formato más breve», señala. Además alerta de que «la compresión lectora a nivel mundial está empeorando», opina que «los colegios tienen que cambiar sus planes» para fomentarla y reivindica a los políticos que «es un hecho en el que tenemos que esforzarnos».