La solución al suicidio de adolescentes pasa por «estar más tiempo juntos»
El Grupo Intereclesial de Infancia y Adolescencia organiza la jornada Prevención y detección precoz del suicidio y las autolesiones en la infancia y la juventud. «Las redes sociales enfatizan la aparición de depresiones y autolesiones», dicen los expertos
«La adolescencia es una etapa de transformaciones físicas y psicológicas en la que los individuos se enfrentan desafíos emocionales y cognitivos cruciales para su futuro», afirma el psicólogo Luis Fernando López Martínez, experto en prevención de conductas suicidas, que ha participado este martes en Madrid en la jornada Prevención y detección precoz del suicidio y las autolesiones en la infancia y la juventud. Organizada por el Grupo Intereclesial de Infancia y Adolescencia, al que pertenecen el Departamento de Migraciones de la CEE, Cáritas Española, Plataformas Sociales Salesianas, La Salle obras socioeducativas, Servicio Jesuita para la Infancia y la Juventud y la CONFER, la jornada ha puesto el foco en un problema candente que hace sufrir a los menores y a todo su entorno, sobre todo en contextos de mayor vulnerabilidad y marginación por situaciones de pobreza y desestructuración familiar.
«En la era digital, las redes sociales e internet añaden desafíos adicionales como el ciberbullying y la comparación social, intensificando las vulnerabilidades emocionales de los adolescentes», señala López Martínez, para quien «es imperativo que los profesionales que acompañan a los jóvenes estén preparados para comprender y abordar estas dinámicas con herramientas y estrategias actualizadas para identificar y mitigar los riesgos de salud mental».
De la misma opinión es Carmen García, responsable del Programa de Infancia, Adolescencia y Familia de Cáritas Española: «La prevención es la base de nuestro acompañamiento», señala, al mismo tiempo que destaca que «últimamente nos estamos encontrando con cada vez más situaciones de autolesión y suicidio, y eso nos preocupa a todos». Por este motivo, «necesitamos incorporar a nuestro trabajo claves de detección y protección de los menores con los que tratamos, sobre todo teniendo en cuenta la carencia de recursos que les acompaña», incide García.
Para la representante de Cáritas, «la pandemia fue un detonante de situaciones de ansiedad y depresión de los jóvenes», a lo que se añade el hecho de «la falta de trabajo y de expectativas vitales». Junto a ello, «la explosión de las redes sociales les hace buscar apoyos que no encuentran en otros lados, y al no obtenerlos también les genera frustración»; de hecho, «las redes sociales enfatizan la aparición de depresiones y autolesiones». De este modo, «al final acaban muy desconectados, con mucha soledad, y no saben cómo compartir su vida y sus inquietudes con sus seres más cercanos».
«La solución pasa primero por reconocer que no hay varitas mágicas», reconoce la responsable del Programa de Infancia, Adolescencia y Familia de Cáritas Española, pero entre las cosas a mejorar «la más inmediata es la prevención, la necesidad de actuar antes de que el problema se manifieste». Un modo de hacerlo, además de «cambiar nuestros hábitos digitales», es «estar presentes más allá de lo virtual y promover espacios compartidos», ya que, en definitiva, «cualquier solución pasa por estar más tiempo juntos», asegura. «Todo joven necesita alguien a su lado escuchándole y acompañándole. Solo así se sentirán seguros y amados».