Francisco vuelve a visitar una parroquia romana después de tres meses sin hacerlo

Tres meses después de su visita a la parroquia romana de San Jorge en Acilia, ubicada en un barrio que Pablo VI ya visitó en 1971, el Papa Francisco ha retomado en la tarde del 5 de abril su costumbre de acercarse a las comunidades romanas, preferiblemente en la periferia. En esta ocasión, según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se ha dirigido aproximadamente a las 16:00 horas a la iglesia de San Enrique, en el vecindario de Casal Monastero, a unos 18 kilómetros del centro de la ciudad.

La parroquia, construida entre 1997 y 1998, sufre varias carencias comunes a toda la periferia de la capital de Italia, como la falta de servicios públicos e infraestructura básica. Francisco ha sido recibido en el templo por Daniele Salera, obispo auxiliar de su diócesis, y don Massimiliano, el párroco local. Tras saludar a ambos, se ha reunido con 35 sacerdotes y diáconos de la zona, así como varios capellanes de Rebibbia a los que ya conoció el pasado Jueves Santo al celebrar el lavatorio de pies con doce mujeres recluidas en este penal.

Durante su conversación de dos horas con los pastores, según revela Vatican News, el Papa abordó cómo debe ser la formación de los jóvenes y el modo en que la Iglesia debe expresar su misericordia hacia quienes se han alejado de ella. Francisco les ha insistido además en ser creativos y valientes en su ministerio.

Al concluir su encuentro, el Papa ha saludado a los fieles que lo esperaban fuera de la parroquia. En un simpático gesto recogido por el vaticanista Salvatore Cernuzzio, ha llegado a firmar la escayola que cubría el brazo roto de un feligrés.

No es la primera vez que un Pontífice ingresa tras los muros de San Enrique, pues esta sencilla parroquia en Casal Monastero ya fue visitada por Juan Pablo II en 2002. En aquella ocasión, el polaco elogió la vitalidad de su comunidad.