Lo imprescindible en el altar para celebrar la Pascua en el CIE de Aluche
Alrededor de 25 personas han celebrado con el capellán, Rufino García, los oficios de Semana Santa. «Estamos llamados a acortar su pasión», asegura
Un icono de María, una cruz modesta, una vela, el pan, el vino y la Biblia. Lo imprescindible en el altar del CIE de Aluche para celebrar la Pasión de Jesús de la mano de su capellán, Rufino García. «Hemos participado en torno a unas 25 personas —el Jueves Santo algunas menos— y hemos vivido unas celebraciones verdaderamente actualizadas, porque las personas que hemos estado en ellas no hemos tenido que hacer ningún esfuerzo para actualizarlas: allí estaba Jesucristo en medio de nosotros, compartiendo y haciendo suyas nuestra fragilidad, nuestra incertidumbre y nuestra esperanza», explica.
Según relata García, han sido unas celebraciones «densas e intensas, con sabor a cenáculo y a catacumba, en las que, con la sencillez de un ramo de olivo, la humildad de la palangana y la toalla» han resaltado la entrada de Jesús en Jerusalén o el amor hecho servicio en el lavatorio de pies. «Si tuviera que destacar el gesto que más profundamente me ha impresionado durante estos días fue el del Jueves Santo cuando, por iniciativa de uno de los participantes, no solo les lavé yo los pies a quienes lo desearon, sino que una de ellas me los lavó a mí también», rememora el capellán.
García, que cada jueves acude al centro de internamiento de extranjeros madrileño «a escuchar a quienes quieren hablar conmigo» y los domingos a celebrar la Eucaristía, recuerda en sus visitas el episodio de la zarza ardiendo y cómo Dios le dice a Moisés que se descalce, porque pisa terreno sagrado. «No es que el CIE como espacio físico sea un sitio sagrado; más bien al contrario, porque allí las personas están encerradas en contra de su voluntad, pero, precisamente por eso, estas personas encarnan el rostro vivo y sufriente de Cristo hoy, y para acercarse a ellas hay que desnudarse y descalzarse interiormente».
Con ellos, añade García, y como ha pedido el cardenal Cobo, arzobispo de Madrid, durante esta Semana Santa, también «estamos llamados» a acortar su pasión y los vía crucis por los que transitan. «Es una tarea que debemos seguir realizando quienes, de una u otra forma, contribuimos a aliviar el dolor y el sufrimiento de quienes padecen una situación de indefensión e incertidumbre, producto de un sistema injusto que construye vallas, muros y centros de internamiento, y es una llamada a aplicarnos en la tarea de construir puentes y espacios de encuentro y de libertad». Es, por tanto, «una tarea de vivir en la dinámica de la Resurrección».