Lazy Town: ¡Pereza total! - Alfa y Omega

No sólo de Bob Esponja o de las Monster High viven nuestros hijos. El alimento audiovisual que devoran en la tele incluye también otros platos exóticos, auténtica gastronomía de pueblo (en este caso de Villa Pereza), que se ha convertido en parte indispensable de esos restaurantes internacionales que te puedes encontrar hasta en la sopa.

¿Qué padre que tenga hijos en torno a los 4-5 años no ha oído hablar de Lazy Town, la popular serie de televisión islandesa, ambientada en un pueblo lleno de colorines, donde las sanísimas sportchuches se baten en duelo con las chucherías de toda la vida y donde el superhéroe Sportacus siempre gana al ridículo y malvado Robbie Retos? Poca gente sabe, sin embargo, que, como en tantas otras ocasiones, los ingredientes del menú televisivo se encuentran en la despensa del teatro. Fue precisamente una apetitosa obra de teatro infantil la que supuso el germen de la serie de televisión que se ha degustado ya en 128 países.

Actualmente, a modo de «menú para grupos» ruedan por los escenarios de todo el mundo cuatro espectáculos diferentes sobre la serie. Thule Producciones presenta en España un montaje con escasa sal y pimienta, que incluye cuatro actores bien caracterizados del héroe y del villano mencionados, más el niño-piruleta Ziggy y la señorita rosa Stephanie. Como si fuera un fast-food de los que todos conocemos, durante 60 minutos, Sportacus pone a hacer ejercicio a la platea, en plan Eva Nasarre («brazos arriba, un, dos, tres»). El malo aparece por allí sin ton ni son para tratar de que el termómetro de la energía baje y los más pequeños chillen «¡que viene, que viene!», como cuando aparece la bruja en los teatrillos del guiñol. Tampoco la guarnición acompaña: un poco de cartón piedra en escenario único que acaba por lastrar la desaborida aventura y, para colmo de males, play-back en las canciones. No hay col y col, sólo lechugas. Te repiten los mensajes consabidos de que hay que comer bien, hacer ejercicio y lavarse los dientes, pero no hay cocina que salga bien parada cuando falta buena materia prima. La trama de un capítulo de la propia serie hubiera servido para, al menos, mejorar la presentación de la mesa y el mantel.

El chef intenta que los pequeños participen, que elijan cartas, que no dejen de saltar y de gritar «que viene Robbie Retos» y esa voluntad loable al menos evita que se queme la comida o que se pase el arroz. Pero al final, la cuenta sube demasiado; por lo que se ofrece, pagar 21 euros resulta caro.

De cinco años para abajo saldrán inflados, con la sensación de que se han pegado un atracón y de que lo han hecho con sus personajes favoritos de la tele. Felices y comerán perdices, o gominolas sanas y energéticas. De esa edad en adelante, ayuno voluntario. Y los padres, ya se sabe: estamos acostumbrados a hacer sacrificios, también gastronómicos, por nuestros hijos. Todo tan previsible y frío como el mes de enero, ése en el que (uf, qué pereza) hay siempre que apuntarse al gimnasio y ponerse a dieta.

No hay pereza en Lazy Town

★★☆☆☆

Teatro:

Nuevo Teatro Alcalá

Dirección:

Calle Jorge Juan, 62

Metro:

Príncipe de Vergara, Goya

REPRESENTACIÓN FINALIZADA

Cartel de 'Lazy Town'