El Papa ordena una investigación preliminar al cardenal Lacroix tras las denuncias de abusos
Francisco ha encargado a un juez jubilado de Quebec que investigue las denuncias que acusan de conducta sexual inapropiada a su arzobispo
El Papa ha ordenado una investigación preliminar contra el arzobispo de Quebec, Gérald Cyprien Lacroix, para constatar la veracidad de las acusaciones por abuso sexual en su contra. Desde el año pasado el canadiense forma parte del Consejo de Cardenales, el equipo de nueve purpurados que ayuda a Francisco en el gobierno de la Iglesia.
Según ha revelado la radio de Canadá Ici Quebec, el Pontífice ha designado al juez jubilado André Denis para investigar los «hechos, las circunstancias y la responsabilidad del presunto delito» que se le imputa al cardenal de 66 años. En el caso de que el magistrado concluya tras las indagaciones que los hechos son plausibles, la investigación podría conducir a un juicio canónico.
Es la primera vez que se hace pública una investigación de este tipo, si bien esto no significa que las conclusiones de la investigación se filtren a la prensa. La diócesis de Quebec se ha puesto a disposición del juez y ha informado en un comunicado el lunes por la tarde de que va a colaborar con la justicia en todo lo que requiera. Sin embargo, ha dejado claro que no intervendrá en la investigación presentándose como parte ni tampoco en sus conclusiones. «No haremos más comentarios sobre este proceso que se desarrolla sin ninguna intervención por nuestra parte», ha declarado la diócesis.
Los hechos de los que se acusa al cardenal Lacroix habrían tenido lugar entre 1987 y 1988 en la ciudad de Quebec. La presunta víctima tenía 17 años en el momento de los hechos y, por lo tanto, era menor de edad. La denuncia forma parte de una demanda colectiva enviada a la diócesis.
El cardenal Lacroix anunció el 30 de enero que dejaba temporalmente el cargo de arzobispo de Quebec hasta que se aclarara la situación. En un videomensaje también negó tajantemente las acusaciones.
La pena más grave para un miembro del clero tras un juicio canónico es la destitución del estado clerical. En 2019, Francisco impuso esta pena al excardenal estadounidense Theodore McCarrick, acusado de abusos sexuales a menores y adultos.