«Nos cuesta creer que los adolescentes tienen depresión» - Alfa y Omega

«Nos cuesta creer que los adolescentes tienen depresión»

La Comunidad de Madrid presenta su primera guía de prevención del suicidio en jóvenes para familias y educadores; la Iglesia acompaña esta realidad desde los colegios y las parroquias

Begoña Aragoneses
El suicidio es la primera causa de muerte en adolescentes y jóvenes de entre 12 y 29 años
El suicidio es la primera causa de muerte en adolescentes y jóvenes de entre 12 y 29 años. Foto: Freepik.

«A nadie le importo, estarían mejor sin mí». «Prefiero estar muerto que seguir sufriendo». Si tu adolescente verbaliza esto, alerta máxima. O también si habla expresamente en algún escrito de muerte y suicidio; si en internet busca información; si regala sus cosas favoritas a amigos; si de repente está alegre después de un tiempo triste o irritable… La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid acaba de presentar una guía de prevención del suicidio en adolescentes para familiares y educadores que se llama Vivir. Se trata de un recurso «genial» y un primer paso porque «el sufrimiento mental sigue siendo algo que nos cuesta». Luisa del Campo, psicóloga clínica, se congratula de que se visibilice esta realidad porque, igual que cuando uno se rompe una pierna «mueve mucho a la compasión», si alguien sufre una depresión «hay gente que aún piensa que eres débil». «No se puede minimizar el sufrimiento psicológico», tampoco el de los niños. «Nos cuesta creer que tengan depresión y tendemos a negarlo», pero los datos cantan. En el año 2022 se quitaron la vida once personas cada día, según el Observatorio del Suicidio en España. En personas de entre 12 y 29 años es la primera causa de muerte. «Había una tendencia antes de la pandemia, pero con ella ha empeorado notablemente». Por eso, hay que hablar. Y aquí la psicóloga coincide con uno de los mitos que trata de desterrar la guía: el efecto llamada. En un suicidio consumado, y sin entrar en detalles escabrosos —«no hay que dar pistas de cómo suicidarse mejor»—, sí conviene reconocer que «ha habido unos fallos que nos han impedido acompañar a la persona».

Recursos
  • 112
  • 024 (línea de atrención a la conducta suicida)
  • 061
  • Pediatra o médico de familia
  • Fundación ANAR, anar.org
  • 717 003 717 (Teléfono de la esperanza)
  • Centros de escucha
  • Delegaciones de Pastoral de la Salud
  • vivetuvida.es

¿Cómo se les explica a los alumnos que un compañero de clase se ha suicidado? «Conviene hacer dinámicas para que entiendan qué es una depresión, cómo se ha llegado hasta aquí, ofrecerles pautas para elaborar la pérdida, el dolor y la culpa, enseñar que hay que pedir ayuda a los profesores y darles estrategias de autorregulación emocional». «Le dedicamos cinco horas semanales a las matemáticas, la lengua, y qué poco les entrenamos» en esto que es «tan importante» para el ámbito familiar, de pareja, de amistades… Adelantarse al suicidio, además, pasa por la atención médica. A la primera señal de alerta habrá que visitar al médico de familia o pediatra, que valorará «la necesidad de una psicoterapia». Y «esto es un trabajo en equipo»; el adolescente no debe ir solo, porque «no es un “vete tú que eres el que tiene el problema”». Y si se niega a acudir, «que vayan los padres primero». También pasa por una relación tejida en el tiempo. «Aquí es donde se juega la salud mental». «Hay muchos menores que están toda la tarde solos en casa». No pretenderá el padre, dice la psicóloga, que en la cena el chaval se abra. Que ellos hablen y uno escuche es vital. Para eso hay que tener recursos. Los trayectos en coche, al colegio o al partido son oro puro, porque «se sienten muy cómodos; no te miras cara a cara, y así parece que no es tan serio». O ir de compras, «entre que busco, te pruebas, hablan muchísimo». Desde luego, «nunca sentarte en una mesa de frente y preguntarle qué le pasa, o decirle “no pasa nada”», porque igual sí que pasa «y le estamos quitando legitimidad a esa emoción tan dolorosa».

La ayuda de la Iglesia

La atención médica no lo es todo. Desde la Pastoral de la Salud, el subdelegado de este departamento en la diócesis de Madrid, Gerardo Dueñas, habla de una «atención integral». La Conferencia Episcopal Española puso en marcha a mediados de 2023 un grupo interdisciplinar de estudio sobre prevención del suicido en niños y adolescentes. Por su parte, el Instituto Europeo de Pastoral de la Salud va a hacer un estudio mediante una encuesta que ya se ha lanzado para analizar «cómo se hace el cuidado espiritual a personas que tienen ideas de suicidio o que han sobrevivido a un intento autolítico». En línea con lo expuesto en la guía de la Comunidad de Madrid, el subdelegado afirma que «cuando alguien se intenta quitar la vida es porque no quiere vivir así», con subrayado en el «así», porque en realidad «nadie quiere morirse». ¿Cómo previene la Iglesia? «Contribuyendo al bienestar integral; la persona que tiene un sentido trascendente es capaz de vivir con esperanza a pesar del sufrimiento». Además, «si está integrado en una parroquia, si es parte de una comunidad en la que se siente querido y aceptado, esto favorece». Por su parte, en los colegios religiosos, en los que se transmiten los valores del Evangelio, «se trabaja más la acogida, el valorar al que es distinto, la aceptación incondicional, las tutorías individuales que no son solo un acompañamiento académico…». Igual que en los colegios, los riesgos se pueden detectar en las parroquias, a través de los catequistas y monitores, que «deben tener nociones básicas» de las señales y de cómo actuar.

Qué hacer

Nunca juzgar lo que los chicos narran, se trata de sentimientos o emociones muy profundas.

Tomar las amenazas o comentarios del adolescente siempre en serio.

No reprochar su manera de pensar o culparlo por su malestar; no criticar ni discutir, ni retarlos.

Intentar que la persona se comprometa a no callar su malestar y a hablar con alguien si vuelven las ideas de suicidio.

Introduce Dueñas los factores protectores y la gestión de la culpa. «Es un acto grave, en contra de la voluntad de Dios», y esto puede servir para evitarlo. Ahora bien, una vez cometido el suicidio, «sabemos que Dios es justicia, pero sobre todo misericordia; en todos los casos que he conocido, la persona lo que quiere es dejar de sufrir». Entran también en juego la plena libertad y el arrepentimiento. Como dijo el santo cura de Ars a una mujer cuyo marido se había suicidado, «entre el puente y el río está la misericordia de Dios».

Guía de prevención del suicidio en jóvenes para familias y educadores

La guía estará en centros de salud, hospitales, bibliotecas, institutos…