Los obispos alemanes apuestan por el diálogo con el Vaticano
Ante la carta de tres cardenales de la Curia la semana pasada y las protestas del sector progresista de la Iglesia, insisten en los parecidos entre su Camino Sinodal y el Sínodo sobre la sinodalidad
«Encontrar un camino viable juntos antes de hablar de contenido». Ante las reacciones de rechazo que ha suscitado en algunos sectores de la Iglesia en Alemania la carta del Vaticano vetando la creación de un Comité Sinodal, esta es la prioridad que se han marcado los obispos alemanes.
«Pronto daremos un paso más» en las conversaciones con la Curia romana sobre los desencuentros, ha afirmado este jueves, al final de su Asamblea Plenaria, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing. «Vemos la necesidad de una buena y exitosa comunicación», ha afirmado al hacer público el comunicado final de la reunión, celebrada en Augsburgo.
En la declaración, se relata que durante el encuentro, que comenzó el lunes, se ha «discutido intensamente el Camino Sinodal de la Iglesia en Alemania, también a la vista de la carta de Roma de 16 de febrero». Esa misiva, firmada por los cardenales responsables de la Secretaría de Estado (Parolin), el Dicasterio para la Doctrina de la fe (Víctor M. Fernández) y el Dicasterio para los Obispos (Robert F. Prevost), aseguraba que un tipo de organismos como el hipotético Consejo Sinodal permanente o el ya creado Comité Sinodal temporal «no está previsto por el derecho canónico vigente». En consecuencia, «una decisión de la conferencia episcopal en este sentido sería inválida, con las correspondientes consecuencias jurídicas».
La carta ha suscitado distintas reacciones negativas, desde la perplejidad a la indignación. Han sido visibles en la calle, con concentraciones fuera del recinto donde se llevaba a cabo el encuentro. Bätzing salió a dialogar con ellos. También son frecuentes las concentraciones de grupos críticos con la deriva progresista del Camino Sinodal. En esta ocasión, las críticas a la misiva vaticana se han reflejado también en los medios. El portal Katholisch ha publicado una encuesta que recoge las críticas de los miembros del Comité Sinodal que no son obispos.
El papel del episcopado
«Como Plenaria de la Conferencia Episcopal Alemana nos tomamos» el texto «en serio; y es muy importante para mí dejar esto claro», ha asegurado Bätzing. Esto implica que tal como pedían desde Roma «no hemos votado» sobre los estatutos del Comité Sinodal, aprobados en noviembre y que tenían que ser ratificados.
Por el contrario, «hemos discutido de forma intensiva y exhaustiva lo que significa la carta». Describe que en Roma y Alemania «hay diferentes puntos de vista» sobre el Comité Sinodal y las cuatro tareas que tiene encomendadas. Entre ellas, la más polémica es la de «preparar un Consejo Sinodal que cumpla con los requisitos del derecho canónico».
«Me gustaría hacer todo lo posible para hacer frente a la preocupación de Roma que se expresa en la carta, la posición del ministerio episcopal», ha asegurado el también obispo de Limburgo. Ha insistido en la idea de su discurso inaugural de que «la sinodalidad no quiere debilitar el episcopado, sino que quiere fortalecerlo». Sin embargo, los estatutos del Comité Sinodal contemplan que las decisiones salgan adelante aunque la inmensa mayoría de obispos estén en contra de ellas.
«Distintos acentos»
El presidente del episcopado ha insistido «una vez más» en que «el Sínodo mundial de Roma» sobre la sinodalidad «y el Camino Sinodal alemán van en la misma dirección: el desarrollo de la Iglesia». «El informe de síntesis de la primera parte del Sínodo mundial del año pasado incluye todos los temas de nuestro Camino Sinodal».
Ambos incluyen, ha asegurado, la consulta «vinculante» a los creyentes, la transparencia y la rendición de cuentas. En realidad, el proceso de escucha del Sínodo no es una consulta vinculante, pero sí lo serían las decisiones del Consejo Sinodal que se quiere erigir en Alemania. Bätzing reconoce con todo que ambos procesos incluyen «diferentes estilos, tiempos y acentos».
La carta del Vaticano y el problema en torno al cual gira se abordarán también en el encuentro previsto para junio entre los representantes de la conferencia episcopal y del Comité Central de los Católicos Alemanes. Este organismo es el principal impulsor de la introducción de cambios en el funcionamiento de la Iglesia germana.
«Separación de poderes»
La Asamblea Plenaria también ha servido para conversar sobre la asamblea sinodal del pasado octubre y preparar las reacciones al informe de síntesis. Las reflexiones de los obispos se han centrado en el ejercicio responsable del liderazgo, el fortalecimiento de la «separación de poderes» en el seno de la Iglesia y rendición de cuentas de quienes ostentan la autoridad. Esto incluye cómo abordar la relación entre el ministerio episcopal y los órganos sinodales sin eliminar la «responsabilidad final del obispo».
Sobre la gestión de los abusos, se han seguido desarrollando reglamentos y medidas y se ha informado de los avances en el Consejo de Afectados y en las comisiones independientes de reelaboración. Un nuevo Consejo de Expertos compuesto por siete miembros elegidos por una comisión entre 35 candidatos que se han ofrecido elaborará un informe anual y encuestas in situ.
El episcopado ha designado además un encargado de la pastoral queer, el obispo auxiliar de Essen, Ludger Schepers. Se han abordado asimismo los datos de una investigación sobre la pertenencia a la Iglesia en la que la conferencia episcopal ha participado por primera vez.
También se ha aprobado una versión de la segunda plegaria eucarística en lenguaje simplificado, pensada para la inclusión de personas con discapacidad. Por último, los obispos han publicado el documento Paz a esta casa sobre ética de la paz y se han distanciado de los partidos de extrema derecha y específicamente de Alternativa por Alemania, recoge el portal Katholisch.