Francisco pide en san Esteban por «las comunidades cristianas que sufren discriminación»
En la fiesta del primer mártir, el Papa ha rezado por Siria, Gaza y Ucrania
«Gracias por vuestras oraciones y seguid rezando por el Papa, hace falta» ha dicho Francisco tras el rezo del ángelus a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro el 26 de diciembre por la festividad de san Esteban». En memoria de este santo mártir, Francisco ha recordado a «las comunidades cristianas que sufren discriminación». A pesar de las dificultades, ha pedido a estos fieles a «perseverar en la caridad hacia todos luchando pacíficamente por la justicia y la libertad religiosa».
El Papa ha confiado «a la intercesión del primer mártir» la paz para «los pueblos mutilados por la guerra». Y ha recordado las imágenes de guerra difundidas por medios de comunicación: «antes veíamos Siria, ahora vemos Gaza, pensemos en la maltratada Ucrania, un desierto de muerte… ¿Es esto lo que se quiere? ¡El pueblo quiere la paz!», ha sentenciado desde el balcón del Palacio Apostólico.
El pontífice ha invitado a romanos, turistas y fieles a detenerse en el belén en la plaza de San Pedro en recuerdo del que san Francisco de Asís colocó en el pueblo italiano de Greccio hace exactamente 800 años, en la Navidad de 1223. Al contemplar las figuras, les ha asegurado que «veréis en sus rostros y en sus actitudes un rasgo común: el asombro».
Finalmente, Francisco ha pedido a todos, especialmente a los niños presentes, «custodiar en vosotros el asombro que se convierte en adoración». Y se ha despedido como comenzó, pidiendo oraciones por él.
«Me alegra que este año, nuevamente, organices la cena solidaria con 2.000 personas. Gracias por tu cercanía a la gente», ha escrito el Papa Francisco de su propia letra en una carta a Sergio Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Carreros, Cartoneros y Recicladores (FACCyR). El ente es uno de los organizadores de la tradicional cena de Nochebuena que todos los años desde 2016 Buenos Aires alberga en la Plaza del Congreso, justo frente al Congreso de la Nación Argentina. En esta edición, bajo el lema Ninguna familia sin Navidad.
Aparte de una cena caliente, la fiesta contó con un pequeño espacio de juegos para los niños y regalos. También duchas, baños y peluquerías para las personas sin recursos. Los participantes doblaron el número que estimó Francisco, con un total de 4.000 personas, y contaron con la bendición de Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires. También hubo representantes de las iglesias evangélicas.
En su carta, Francisco se despide deseando a todos los comensales «una serena Navidad», les asegura su oración, les pide que recen por él y concluye diciendo: «Estoy cercano a todos ustedes».