Un belén en San Pedro por los 800 años del primero
En 1223, san Francisco de Asís escenificó en Greccio el primer belén viviente. 800 años después, la diócesis de este pueblito conquista la plaza de San Pedro
Raffaella Pitz y sus vecinos ya lo han conseguido. Tras reclutar para su causa al belenista napolitano Antonio Cantone y un centenar de artesanos, un nacimiento de las tierras donde surgió el primer belén corona la plaza de San Pedro desde el sábado 9 de diciembre. «El mensaje que queremos transmitir es sencillo, que Dios se ha hecho hombre y ha bajado del cielo para estar con nosotros», cuenta a Alfa y Omega la integrante de la iniciativa La Valle del Primo Presepe. Su diócesis, Rieti, engloba el pueblecito de Greccio, el mismo en el que en 1223, hace justo 800 años, el santo de Asís convenció a sus vecinos para escenificar un belén viviente que sería el origen de las representaciones que hoy pueblan los hogares cristianos durante el tiempo de Adviento.
La reatina cuenta cómo ella y sus paisanos llevan preparándose para este momento desde 2017. Fue entonces cuando su entonces obispo, Domenico Pompili, les propuso asociarse e inició una petición oficial ante el Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano. «La finalidad es redescubrir el mensaje que san Francisco envió aquella noche», explica Pitz. Una causa que ha generado escenas nunca antes vistas en el Vaticano. Por ejemplo, que el Papa, en una rotura total de protocolo, se acercara al belén para bendecirlo antes de su inauguración. «Pasó prácticamente escondido en coche mientras los operarios montaban las figuras; fue una sorpresa totalmente inesperada que arrancó un aplauso», narra Raffaella Pitz, quien considera que el gesto de Francisco «es especialmente bonito ahora que no tiene la mejor salud».
La escena, aparte de a san José, la Virgen María, el buey y la mula, incluye también a los primeros franciscanos, entre los que está su fundador. Él será quien el día de Navidad recibirá en brazos al Niño Jesús —aún ausente— para ofrecérselo a su madre. Y detrás de todos los personajes, varios frescos ilustran las normas de la Regla bulada, un documento que también ha cumplido 800 años en este 2023 y por el que el Pontífice ya felicitó el 29 de noviembre a los frailes menores.
Completando la escena navideña, el pasado 9 de diciembre el cardenal Fernando Vérgez, presidente del Governatorato, y la religiosa Raffaella Petrini, secretaria general, inauguraron este belén, la columnata de Bernini albergó una cena para 150 personas sin hogar organizada por el propio Estado, la parroquia dependiente de la basílica de San Pedro y el Dicasterio para el Servicio de la Caridad.
Alrededor de las mesas, otros 140 belenes les hablaban de la Navidad. Son los de la exposición 100 Presepi in Vaticano, que permanecerá bajo la columnata hasta el 7 de enero. Su comisario, el sacerdote Christian Chira, perteneciente a la Obra Don Orione, cuenta que «hemos tenido un incremento de peticiones de países que nunca habían estado antes, como Estonia». En total reúne a más de 40 naciones diferentes. Ucrania presenta dos obras, una de ellas elaborada por el artista italiano Luciano Capriotti, quien ha esculpido una cerámica de la Sagrada Familia en la que san José lleva sobre su manto dos esquirlas de misiles lanzados sobre Járkov y un grabado con las fosas comunes encontradas en el campo de batalla. «Cuando ves que un amigo sufre, intentas ayudarlo y, al dedicarme yo al arte, quise estar cercano con esta obra que lleva algo de mi corazón», cuenta a este semanario.
Por otro lado, una ciudadana anónima rusa a la que su embajada no ha conseguido ubicar ha enviado a título personal un belén de trapo, el único sin cartel explicativo de toda la exposición.