La confesión es el gran logro del catolicismo. El ser humano no es un tipo perfecto. Es un pecador. Cristo se siente atraído por los pecadores, no por la gente buena. No cometer pecados, seguir los mandamientos de la ley de Dios de una manera racional, portarte bien…: el asunto es que ése no es el camino preferido de Dios. Dios prefiere a los pecadores: si tú eres cruel, perverso y vicioso, pero al final te arrepientes, te sientas a la derecha de Dios Padre. Es el arrepentimiento, el reconocer tus pecados, lo que más admira Cristo. El cristianismo es la única religión que sacrifica un Dios, no a un hombre. Por eso es una religión que me llena de esperanza, en la que yo tengo una oportunidad.