«La paz es posible, se necesita buena voluntad»
En el ángelus, el Papa ha puesto como ejemplo cristiano a los mártires beatificados este sábado en Sevilla
El llamamiento de Francisco tras concluir el ángelus de este domingo se ha centrado de nuevo en la paz. Ha recordado conflictos totalmente olvidados y otros que han pasado a un segundo plano por completo. La situación de represión que padece el pueblo de Myanmar desde el regreso al poder de la Junta Militar en 2021 preocupa al Papa. Por eso, este domingo se ha referido a los birmanos, a los que visitó en 2017, que continúan «sufriendo a causa de la violencia y los abusos». La guerra en Ucrania también continúa y Francisco lo recuerda cada domingo. Ha pedido que se siga rezando por los ucranianos y por Israel y Palestina. Para el Pontífice, «la paz es posible, se necesita buena voluntad». Ha invitado a que no nos resignemos a la guerra, que siempre es una derrota. «Solo ganan los traficantes de armas», ha sentenciado.
Además, ha mencionado a los 20 mártires beatificados este sábado en Sevilla, el sacerdote Manuel González-Serna y sus compañeros «asesinados en el clima de persecución religiosa de la guerra civil española»: «Estos mártires han dado testimonio de Cristo hasta el final. Que su ejemplo conforte a tantos cristianos que en nuestro tiempo son discriminados por su fe».
«La confianza libera, el miedo paraliza»
En su alocución previa al rezo del ángelus, Francisco ha explicado de nuevo el sentido de la parábola de los talentos. El relato presenta dos formas distintas de acercarse a Dios encarnadas en sus protagonistas. Por un lado, está el siervo que entierra el talento. Tiene miedo de su señor: «No ve el aprecio y la confianza que el señor deposita en él, sino el modo de actuar de un patrón que pretende más de lo que da, de un juez que proyecta la sombra de sus duros castigos sobre los fracasos de los demás». El Papa ha asegurado que esta actitud es la propia de quien no confía en la bondad de Dios. Es una imagen errónea, ha insistido el Pontífice.
La segunda forma de acercarse a Dios es la de los dos siervos que multiplican los talentos: «Se fían y se arriesgan: cuentan con la comprensión del señor que los ha elegido, con la bondad del don que se les ha confiado, con las capacidades recibidas». Por eso, Francisco ha dicho que «la confianza libera, el miedo paraliza». «Como los protagonistas de la parábola, también nosotros, todos nosotros, hemos recibido unos talentos, más valiosos que el dinero. Pero mucho de cómo los invertimos depende de la confianza en el Señor, que nos libera el corazón, nos hace ser activos y creativos en el bien», ha añadido el Papa. Por último, ha animado a depositar la confianza en Dios y generar confianza para que «se estimule la creatividad del amor en todos».