Jueces, madres e Iglesia: juntos contra la mafia calabresa
La iniciativa Liberi di Scegliere separa a los hijos de mafiosos de su entorno criminal para que puedan tener un futuro honrado. Ha supuesto un mazazo a la tradición familiar de la ‘Ndrangheta
Roberto di Bella trabajó durante 25 años en el Tribunal de Menores de Reggio Calabria. Esta región italiana está azotada por la ‘Ndrangheta, una mafia local que desde la década de los 90 se ha extendido por los cinco continentes. Para combatirla, desarrolló con apoyo de la Iglesia y de otros compañeros el proyecto antimafia Liberi di Scegliere (libres de elegir), que separa a los menores de sus padres mafiosos. Trasladado a Catania, en Sicilia, ahora sigue luchando contra la mafia siciliana tanto desde el juzgado como con este proyecto.
«Las familias históricas de Calabria mantienen el poder en el territorio a través del adoctrinamiento criminal de sus hijos», explica Di Bella. «A veces he juzgado primero al padre y años después a sus hijos, a generaciones enteras». En su cuarto de siglo de experiencia ha visto delitos de todo tipo: homicidios, asociación delictiva, tráfico de droga o extorsión. «Muchos murieron», lamenta. Sin embargo, se niega a condenar a los hijos al mismo destino que sus padres, porque se encuentra también con «algunos que todavía tienen una luz en la mirada y potencial para aspirar a una vida diferente de esa senda de muerte, cárcel y sufrimiento». Por ello, en 2012 «pensé que había llegado el momento de darles la oportunidad de ser libres de elegir». Y de ahí viene, en italiano, el lema que dio nombre a su iniciativa.
Liberi di Scegliere está apoyada por los ministerios italianos de Justicia, Interior, Familia, Universidad y Educación. «Queremos explicar que la criminalidad organizada no compensa; antes o después se acaba en la cárcel», cuenta Roberto di Bella, presidente del Tribunal de Menores de Catania. Quiere «ir a todas las escuelas, hablar con los chavales y desmontar los mitos mafiosos que los fascinan».
La iniciativa está sufragada con fondos de la Conferencia Episcopal Italiana. «Lo consideran muy importante para la emancipación de los hijos de la criminalidad», revela Di Bella, quien ha encontrado apoyo también en la asociación antimafia Libera, una de las más emblemáticas del país.
Liberi di Scegliere tiene un objetivo claro: «Que los hijos no sigan el camino criminal de los padres», explica Di Bella. Para conseguirlo, saca de Calabria a los hijos de los jefes mafiosos condenados y los inserta en familias de voluntarios antimafia repartidos por el resto de Italia. Durante dos años les muestran el mundo, pueden vivir de otro modo, conocen a mucha gente nueva y reciben ayudas para estudiar o insertarse en el mundo laboral. Todo ello pretende «hacerles experimentar horizontes culturales, sociales y afectivos diferentes de los de su contexto. Es un Erasmus de la legalidad», explica el juez. «Queremos dotarles de instrumentos para que elijan libremente su destino».
La mayoría de los estudiantes hace nuevos amigos, se echa una novia y ya no vuelve. «Los mejores resultados los hemos tenido con los chavales que se han quedado fuera», cuenta este juez, por cuyo programa ya han pasado más de 150 adolescentes. «Muchos de los chicos que inician otra vida van a la universidad, se casan. Y lo bonito es que me escriben y me mandan fotografías de sus hijos y de sus éxitos». Incluso cuando deciden volver a su hogar, lo hacen «más conscientes y estructurados» y ponen mucho cuidado para no caer en las prácticas que destruyeron a su familia.
Aunque las actividades mafiosas suelen recaer en los hombres del clan, a menudo las madres colaboran, callan o justifican sus andanzas con el pretexto de respetar las tradiciones centenarias. Pero, a veces, alguna se rebela. «La ‘Ndrangheta funda su fuerza en la familia, por lo que una madre que decide alejarse y llevarse a los hijos da un golpe muy fuerte a la credibilidad de esta organización criminal», asegura Di Bella. Por eso, desde Liberi di Scegliere aprovechan los programas de los hijos para mostrar también a las madres que una vida honrada es posible. «Las mujeres inicialmente están acostumbradas al luto y al sufrimiento. En un primer momento se oponen, pero cuando entienden que esta no es una medida contraria a sus hijos, muchas acaban apoyando el proyecto».
Roberto di Bella incluso cuenta cómo, a raíz del programa, algunas de las matriarcas abandonan Calabria o Sicilia con sus hijos para salvarlos de un camino que, de lo contrario, acabaría en la cárcel. «Han encontrado en el Tribunal de Menores un punto de referencia. Es una revolución cultural realmente importante que ha golpeado el interior de la mafia como nunca antes se había hecho», explica el juez. Además, gracias a quitarse la venda de los ojos, muchas acaban colaborando con la justicia y mostrando pruebas de los crímenes de sus esposos.
Las medidas antimafia del juez Di Bella son duras pero, tras algunos años en prisión, muchos jefes las comprenden. «Mantengo contacto epistolar con los capos encarcelados. Nos dan las gracias al Tribunal de Menores y a mí por lo que hacemos por sus hijos», cuenta el juez.
El ideólogo de Liberi di Scegliere explica que «20 o 30 años en la cárcel son muy duros y, después de 15, incluso los jefes mafiosos ya son otras personas». «Algunos me dicen que, de haber tenido la misma oportunidad hace 30 años, ahora no estarían en la cárcel, que es un cementerio viviente, y me dicen: “¡Juez, aleje a mi hijo de tal o cual barrio!”».