«Ya está bien de frivolizar con el terrorismo de ETA»
Desde Dignidad y Justicia denuncian que la entrevista de Évole a Josu Ternera normaliza el dolor. «Donde tiene que hablar es en la Audiencia Nacional», afirma la presidenta de la AVT
«El documental de Jordi Évole no lo he visto ni lo quiero ver, porque no soy masoquista». Daniel Portero lo tiene claro. El presidente de la asociación Dignidad y Justicia se pronuncia así acerca de la entrevista al etarra Josu Ternera que ha realizado el comunicador catalán y que fue estrenada en la última edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, a finales de septiembre.
«Es vergonzoso que algo así vaya a un festival de cine y que se le dé una publicidad internacional a este individuo», añade Portero. «Ternera ha sido jefe de ETA durante 50 años y puede esclarecer muchos de los 379 casos sin resolver, algo que no hace en la entrevista. Curiosamente, solo menciona un atentado del que él ha sido ya amnistiado, y no habla del de la casa cuartel de Zaragoza, por ejemplo»; un ataque que en 1987 costó la vida a once personas, seis de ellas niños, atribuido al terrorista y por cuya autoría tiene pendiente un juicio que la Audiencia Nacional celebrará en enero. «Donde tiene que hablar Ternera es precisamente en la Audiencia Nacional», afirma Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). «A las víctimas, lo que nos interesa es que los terroristas hablen ante el juez, no delante de una cámara. Ya que no tenemos derecho a la justicia, por lo menos queremos tenerlo a la verdad», señala.
Un Ternera «frío y cínico»
La entrevista a Josu Ternera ha recibido asimismo la respuesta de más de 500 víctimas, policías y guardias civiles que han firmado un manifiesto contra la proyección del documental en el festival de cine. Una de las firmantes es Cristina Cuesta, directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, para quien «no tiene sentido dar ese protagonismo a un capo criminal que nunca ha colaborado con la justicia y nunca ha pedido perdón a sus víctimas. Que esté en el foco internacional contribuye al agravio a las víctimas y a sus familias».
Un tono distinto es el que ofrece al debate Maixabel Lasa, la viuda de Juan Mari Jáuregui, que en la película de su mismo nombre dirigida por Icíar Bollaín contó sus encuentros con los terroristas que acabaron con la vida de su marido. La entrevista de Évole «la vi en un pase privado que nos ofrecieron a varias personas, algunas de ellas víctimas de ETA, y la verdad es que a mí no me extrañó encontrarme lo que me encontré». Lasa se refiere así a un Josu Ternera «frío y cínico», que «no dijo nada que no te pudieras esperar y tampoco se responsabiliza de nada de lo que hizo. Si de alguna manera pretendía blanquear su imagen de cara al futuro, ciertamente no lo logró».
Otra cuestión que ha alimentado la controversia es la legitimidad periodística de realizar o no una entrevista a un jefe de ETA todavía con cuentas pendientes con la justicia. «A mí los precedentes de Évole no me dan ninguna garantía. Ya entrevistó a Arnaldo Otegui y su trabajo dista mucho de la necesidad de las víctimas de que se respete su memoria», afirma Maite Araluce, presidenta de la AVT.
El presidente de Dignidad y Justicia, por su parte, es contundente cuando afirma que «las víctimas de ETA han sido siempre el saco de boxeo de la sociedad española y de los titiriteros del cine español, ese clan que nunca se ha comprometido en la lucha antiterrorista; entre ellos los organizadores del Festival de San Sebastián, que nunca han dedicado un minuto de silencio por los atentados en sus 70 años de historia». Concluye recalcando que «no se puede normalizar el dolor así. Ya está bien de frivolizar con el terrorismo de ETA».
Coincidiendo con el estreno de la entrevista a Josu Ternera en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, la productora La Dalia Films ha lanzado estos días a las redes su cortometraje 27 minutos. En él se cuenta el atentado que sufrieron en 1979 el guardia civil Antonio Ramírez y su novia, Hortensia González. Dos encapuchados ametrallaron su coche y el claxon estuvo sonando 27 minutos sin que nadie fuera a auxiliarlos.
«Nuestro posicionamiento es diametralmente distinto al de Évole», afirma el productor del cortometraje, José Luis Rancaño. «Nosotros nunca daremos voz a los asesinos», añade. Para Rancaño, la actividad de ETA «no admite matices. Es una historia de buenos y malos en la que los buenos son las víctimas y los malos son los terroristas».
El productor, ahora en fase de elaboración de un largometraje sobre la historia de estos novios, destaca que las víctimas «no murieron fortuitamente, sino que dieron su vida por defender nuestro sistema de libertades y que incluso periodistas como Évole tengan la libertad de expresarse y puedan hacer documentales como el suyo».