«Cada día salen miles de personas de Nagorno Karabaj»
«Hemos suplicado una presencia internacional. Ahora ya es tarde», asegura el Defensor del Pueblo de Nagorno Karabaj tras la rendición de sus autoridades a causa de la última ofensiva de Azerbaiyán
A Gegham Stepanián, figura equivalente al Defensor del Pueblo en la autoproclamada República de Artsaj
—identificada internacionalmente como Nagorno Karabaj—, le hastía el súbito interés por esta región poblada por armenios dentro de Azerbaiyán, que se ha desatado tras la ofensiva relámpago del 19 de septiembre y la rendición de las autoridades separatistas un día después. «Hemos estado suplicando una presencia internacional» desde que en diciembre Azerbaiyán bloqueó el corredor de Lachin, su única vía de abastecimiento, subraya a Alfa y Omega. «Durante nueve meses la gente ha pasado hambre. Ahora ya es demasiado tarde», insiste con amargura.
Este jueves, 28 de septiembre, el presidente de la República de Artsaj, Samvel Shajramanián, ha decretado su disolución el 1 de enero de 2024. «En el futuro próximo no quedarán armenios en Nagorno Karabaj. Cada día salen miles de personas». El pasado lunes, la cola de vehículos para salir del país hacia Armenia rozaba los 100 kilómetros y algunas localidades ya estaban «completamente vacías». El jueves, se anunciaba que la mitad de la población del enclave ya lo había abandonado. «Veníamos advirtiendo de que volver bajo el control de Azerbaiyán supondría que esto se vaciaría».
Tras la rendición de los combatientes karabajíes el Gobierno del presidente azerí, Ilham Aliyev, prometió que la población armenia estaría protegida. El 21 de septiembre, los separatistas mantuvieron una primera reunión en Azerbaiyán para negociar «la reintegración de la población armenia» de Nagorno Karabaj bajo las leyes azeríes. Pero la población no parece dispuesta a comprobar cómo se concretan las promesas de protección. Temen que se prolongue el «genocidio» que, en palabras del exfiscal de la Corte Penal Internacional Luis Moreno Ocampo, ha supuesto el bloqueo de Lachin.
Durante la ofensiva, Stepanián intentó documentar violaciones de derechos humanos, como las noticias de secuestros de civiles o los mensajes en redes sociales en Azerbaiyán animando a torturar, violar y matar a armenios. A Vincent Cayol, director de operaciones de L’Oeuvre d’Orient, le han llegado noticias de que «están buscando a 500 políticos y militares para detenerlos». Pero el Defensor del Pueblo admite que recabar pruebas es «muy difícil por los problemas con las comunicaciones». Ahora se centra en atender a las 900 personas que han acudido a ellos «buscando información sobre familiares con los que eran incapaces de encontrarse» en el caos de Stepanakert, la capital.
El coronel José Ignacio Castro, del Instituto Español de Estudios Estratégicos, plantea «la posibilidad de enviar observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) o una misión de la ONU» para verificar las acusaciones de atentados contra los derechos humanos en la región. Esta cuestión debería estar sobre la mesa en el encuentro de los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán el próximo 5 de octubre en Granada, auspiciado por la UE. Stepanián es escéptico. «Ya no tiene sentido, porque en las próximas semanas no quedarán armenios que proteger». Una situación en la que considera «cómplices» a «todos los grandes actores políticos del mundo».
El principal valedor de Armenia y de los armenios de Karabaj ha sido siempre Rusia, que tiene desplegadas en la región tropas para vigilar el cumplimiento de lo acordado tras la guerra de 2020. Pero, a diferencia de sus predecesores, el actual primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, se ha distanciado de los separatistas karabajíes y de Rusia para acercarse a Occidente, explica Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas. Solo una semana antes de la ofensiva realizó sus primeras maniobras militares con Estados Unidos, para enfado ruso. Moscú, que ahora tampoco tiene mucha capacidad de intervención, decidió «soltarlos de la mano», asegura Castro, ante un Azerbaiyán mucho más fuerte gracias a la venta de petróleo.
Este país es, de hecho, un sostén energético importante para Europa. Por eso Stepanián denuncia la «hipocresía» de la UE, que «siempre habla de derechos humanos pero hace nada». «Estamos siendo testigos de una gran injusticia», confirma a este semanario José A. Bettencourt, nuncio en Armenia. Mientras «la comunidad internacional parece que en su mayor parte se limita a llamamientos», hay «personas desposeídas y a merced de poderes vengativos».
- 1988: Nagorno Karabaj aprueba su independencia de Azerbaiyán el 20 de febrero. Estalla la guerra
- 1994: Después de 20.000 muertos y 800.000 refugiados, ambas partes firman un alto el fuego
- 2016: Se produce un nuevo episodio de violencia con centenares de muertos
- 2020: Segunda gran guerra, del 27 de septiembre al 10 de noviembre. Nagorno pierde dos tercios de su territorio
- 2022: En diciembre unos supuestos activistas ambientales azeríes bloquean el corredor de Lachin
- 2023: El 19 de septiembre Azerbaiyán ataca Karabaj bajo el pretexto de operación antiterrorista