Pasó la noche orando. Escogió a doce, a los que también nombró apóstoles - Alfa y Omega

Pasó la noche orando. Escogió a doce, a los que también nombró apóstoles

Martes de la 23ª semana de tiempo ordinario / Lucas 6, 12-19

Carlos Pérez Laporta
Jesus Apóstoles
Foto: DALL.E.

Evangelio: Lucas 6, 12-19

En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Comentario

Después de pasar «la noche orando a Dios», «cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce». En esas mismas condiciones también llamó a «Judas Iscariote, que fue el traidor».

Ayer, en una Iglesia que habían pintado hacía poco, me sorprendió encontrar a Judas junto a los doce apóstoles representados en el retablo. Normalmente se le saca de la escena. Pero aquí es imposible estar en esa iglesia durante la Misa y no tener ver todo el rato a Judas. Es cierto que aparece girado, con las manos en el rostro. Como si no se atreviese a mirar lo que sucede en el altar. Como si ver lo que representa aquel memorial de la cruz abrasase sus ojos.

Es provocador que Judas aparezca ahí, pero creo que es justo. Judas fue llamado a compartir la vida con Jesús. Judas había sido creado por Dios para vivir con Él, y alcanzado por Jesús para ser salvado. Judas no estaba determinado a la traición. Judas tuvo todos aquellos momentos con Jesús para rendir sus miserias. Como nosotros tenemos todas esas Eucaristías para rendir a Dios todas nuestras resistencias. Si nos atrevemos a mirar la cruz, el amor infinito con que Dios nos ha amado, puede que nos abrase nuestro pecado. Pero será el fuego dulce del amor de Dios que nos purifica. Dios siempre nos está llamando, e invitando a la comunión con Él. Basta que nos giremos y dejemos que él limpie nuestras culpas.