Los obispos de México recuerdan que la prohibición del aborto en el Código Penal sigue vigente

Los obispos de México recuerdan que la prohibición del aborto en el Código Penal Federal sigue vigente

La justicia ha fallado a favor de una asociación entre cuyos fines está el acompañamiento legal a las personas que quieran abortar. Pero esto «no representa una obligación para que los congresos locales se precipiten a despenalizar el aborto en sus respectivos códigos penales», ha aclarado la Conferencia del Episcopado Mexicano

Redacción
Pancarta de apoyo al aborto en México
Pancarta de apoyo al aborto en México. Foto: Reuters / Quetzalli Nicte-Ha.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México ha fallado a favor del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) para que pueda ejercer su objeto social, que, entre otras cosas, implica la promoción y defensa del aborto, así como el acompañamiento legal a las personas que quieran realizarlo de manera consentida.

La noticia ha tenido una amplia repercusión en los medios de comunicación, que se han lanzado a asegurar que el SCJN ha eliminado el aborto del Código Penal Federal del país. Sin embargo, «es importante aclarar a la opinión pública que la citada sentencia de amparo no constituye una declaración general de invalidez de los artículos que prohíben el aborto en el Código Penal Federal», explica la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en un comunicado en el que también asegura, por tanto, «que siguen vigentes para el resto de la población».

Asimismo, los prelados subrayan que el fallo «no representa una obligación para que los congresos locales se precipiten a despenalizar el aborto en sus respectivos códigos penales», como había sugerido GIRE. Según los obispos, es esta organización la única que puede llevar a la práctica esta macabra práctica sin tener que afrontar consecuencias legales. En cualquier caso, la CEM considera que el pronunciamiento del SCJN «sí vuelve evidente una realidad social que debemos entender como pastores y atender con la debida diligencia».

En este sentido, la conferencia episcopal recuerda que «la concepción y el nacimiento de una nueva vida humana representa un bien cuyo valor es infinito» y que «su cuidado y protección no es una responsabilidad que concierne solamente a la mujer gestante sino a la sociedad en su conjunto», que «no puede lavarse las manos suprimiendo al más débil».

De esta forma, los obispos se oponen a «cualquier forma de violencia en contra de las mujeres», tanto de aquellas que se vean obligadas «a acudir al aborto a causa del abandono y de la soledad bajo condiciones de omisión, presión o injusticia», como de «las más vulnerables», que son quienes todavía «se encuentran […] dentro del vientre de sus madres».

En el comunicado, la CEM también advierte que la hipotética despenalización general del aborto normaliza la cultura del descarte; desgasta los cimientos del estado de derecho, distorsiona el concepto y la práctica de los derechos humanos y mina el bien común.

Antes de concluir, los obispos recuerdan la dignidad de toda persona, desde su concepción hasta la muerte natural —una dignidad que no aumenta o disminuye en función de las circunstancias— y afirman la existencia de «atenuantes» de cara a la «exención de la privación de la libertad» sin que esto implique la legalización del aborto, ni la negación de su gravedad, ni, menos aún, la reivindicación de su licitud. «El aborto provocado nunca será una opción moral, ni legítima».