La JMJ es también un evento único para los periodistas que la cubren - Alfa y Omega

La JMJ es también un evento único para los periodistas que la cubren

Cerca de 5.000 periodistas trabajan estos días en Lisboa para acercar al mundo lo que los jóvenes están viviendo

Begoña Aragoneses
Periodistas, en la mañana del martes 1 de agosto en el Centro de Prensa. Foto: Begoña Aragoneses.

Cerca de 5.000 periodistas de todo el mundo se han acreditado para la JMJ Lisboa 2023. Al primer punto al que han de ir al llegar a Lisboa es al hotel Epic Sana Marquês, muy cerca de la Colina del Encuentro, donde, en un primer momento, un grupo de voluntarios confirman la identidad del comunicador con su carné de prensa. Es como el triaje del periodista. Si figura en la base de datos, pasa a una segunda sala en la que, divididos por orden alfabético en función de los países de los que proceden, acceden a un puesto u otro. Allí, otro grupo de voluntarios les entrega la acreditación y un kit del peregrino, compuesto por una mochila, una camiseta, un rosario, una botella de agua y una gorra.

Los voluntarios prestan su servicio entre 6 y 7 horas al día, con una hora para comer. Entre ellos, Patricia, una mujer de Brasil, la primera cara amable que el periodista se encuentra al llegar a la entrada. Nadie diría que se le acaba de partir la vida en dos. «Me iba a casar el 31 de julio, pero tuve que cancelar la boda», cuenta. Así que decidió viajar a Europa, en concreto a España porque da la casualidad de que sus cuatro abuelos maternos eran de Mohedas de Granadilla (Cáceres), y sus paternos, de Almería. La idea era «venir solo con billete de ida, para estar cerca de mis orígenes, de mi historia», pero entonces le surgió la oportunidad de ser voluntaria de la JMJ Lisboa 2023.

Foto: Begoña Aragoneses.

Fue a través de amigos de la comunidad Canción Nueva, nacida en Brasil en 1978 con el carisma, precisamente, de la evangelización a través de los medios de comunicación. Desde 2009, la comunidad pertenece a la familia salesiana. El 23 de julio, justo el de su matrimonio fallido, estaba en Lisboa recibiendo la primera formación como voluntaria. «Estaba sirviendo a Dios en ese día», sonríe. «Sé que habrá mucha gente y mucho trabajo», pero ella, que vive además la primera JMJ de su vida, espera «poder entregar mis dones para servirlo».

De Brasil es también Maira, una joven que igualmente vive su primera JMJ, y lo hace llevando las redes sociales de Setor da Juventude, de la diócesis de Caxias do Sul. «Es lo mejor de mi vida», dice, después de haber pasado por los Días en las Diócesis. Ella, para quien la comunicación «es mi vida», está encantada de poder vivir «el ambiente y la energía que se respira en la calle». No le parece duro el trabajo, aunque cubrir la JMJ implique jornadas interminables. Como explica Jorge Razo, que está cubriendo el evento para el semanario Querétaro de México y Nex Noticias de Panamá. «Este es un magno evento, donde los medios tienen que estar presentes, viendo cómo se vive la fe». El trabajo en el día a día «es una paliza», pero todo merece la pena por captar «el feeling». Por eso, a Razo le gusta más hacerlo entre la gente, mezclarse los jóvenes para «ver lo que se vive».

Foto: Begoña Aragoneses.

Junto a ellos encontramos a veteranos como Riccardo Maccioni, italiano, periodista de Avvenire. Es la octava JMJ que cubre y lo hace con el mismo entusiasmo que la primera. Eleva las cejas cuando habla del «molto» trabajo que supone, sobre todo cuando hay diferencias horarias, como en Panamá 2019, pero a la vez reconoce lo gratificante que es. «Molto bella», expresa, por la posibilidad de ver personas de todo el mundo, de «estar juntos la historia de tantos países». Es ver, sostiene, «ver la primavera de la juventud, la belleza de los jóvenes». Le marcó especialmente la JMJ de Rio de Janeiro 2013. «La cantidad de gente por las calles, su sencillez, la desorganización… Todo era muy auténtico». Un gesto que le emocionó fue el de los taxistas llevando a los jóvenes a las catequesis de los obispos. «Los chicos les preguntaban la dirección y ellos les decían que subieran al coche para llevarlos».

Edificio de principios del siglo XX

El Centro de Prensa se encuentra en la Colina del Encuentro, que es como se ha llamado al Parque Eduardo VII de Lisboa. El edifico, que alberga el centro neurálgico de las comunicaciones de la JMJ, es el Pavilhao Carlos Lopes, proyectado para ser el pabellón de las industrias portuguesas en 1922 durante la Exposición Internacional de Río de Janeiro. En 1932 fue desmontado e instalado en su ubicación actual, y rehabilitado en 2016. Con fachada de color vainilla y azulejos azules típicos portugueses, sus instalaciones se utilizan para eventos culturales, artísticos y deportivos.

Foto: Begoña Aragoneses.

Ahora se ha habilitado con cientos de puestos para periodistas, zona de ruedas de prensa, cabinas de radio y entrevistas, puesto de traductores, espacio de venta de comida rápida y una capilla, en la primera planta. Allí se celebran todos los días Misas en portugués, a las 8:00 horas; en español, a las 11:30 horas, y en polaco a las 16:30 horas.