La Iglesia católica celebrará a los mártires coptos asesinados en Libia en 2015
Hay una «constancia clara» de que los mataron por odio a la fe, asegura el promotor de la fe del Dicasterio para las Causas de los Santos
La Iglesia católica celebrará como beatos y mártires a los cristianos coptos asesinados por islamistas en 2015 en Libia. Lo ha anunciado el Papa Francisco este jueves, después de su encuentro privado con Tawadros II, Papa de Alejandría y cabeza de la Iglesia ortodoxa copta. «Me complace anunciar hoy que, con el consentimiento de Su Santidad, estos 21 mártires serán incluidos en el martirologio romano como signo de la comunión espiritual que une a nuestras dos iglesias», ha afirmado en su discurso.
«Estos mártires fueron bautizados no solo en agua y el Espíritu, sino también en sangre, una sangre que es semilla de unidad para todos los seguidores de Cristo», ha asegurado el Santo Padre. «Guardaron la fe y dieron testimonio de Cristo, no perdieron el coraje ante la tortura y nos dejaron un ejemplo vivo en el martirio», ha añadido por su parte Tawadros. Por ello, el 15 de febrero, fecha de su asesinato, en la Iglesia copta «hemos comenzado a celebrar una fiesta por los mártires de la era moderna», ha explicado.
Y por este mismo motivo, decidió entregar a la Iglesia católica «parte de sus reliquias sumergidas en su sangre derramada en el nombre de Cristo por la Iglesia». Un «precioso regalo» sobre el que Francisco ha afirmado que «no tengo palabras para expresar mi agradecimiento».
Tawadros ha expresado su deseo de que «sean recordados en el martirologio de todas las iglesias del mundo». De esta forma, se convertirían «en modelo y ejemplo contemporáneo para el mundo entero, testimoniando que el nuestro no es un cristianismo histórico del pasado, sino de ayer, de hoy y de siempre».
No es la primera vez que la Iglesia católica incluye en el martirologio romano a santos canonizados por las iglesias ortodoxas. «Hace tiempo se incluyó a san Isaac de Nínive», obispo de la Iglesia asiria, «siguiendo un procedimiento parecido al de ahora, que no es un proceso de canonización», explica a Alfa y Omega Alberto Royo, promotor de la fe del Dicasterio para las Causas de los Santos.
La iniciativa surgió del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que vio «la oportunidad de hacer un gesto ecuménico». Para ello, se convocó una comisión que analizara «la posibilidad y la conveniencia» de dar este paso. «En primer lugar, tenía que quedar claro el martirio». No siempre es así, pues las iglesias ortodoxas y orientales siguen otros procesos. Por ejemplo, la Iglesia armenia canonizó en 2015, de una sola vez, a millón y medio de víctimas del genocidio armenio. «La Iglesia católica es muy prudente», y tiene que haber una «constancia clara» de varios criterios, como «el odio contra la fe, la aceptación y la fama de martirio».
En este caso, «no hubo ningún problema», pues hay imágenes «en las que se veía claramente cómo se les pidió que renunciaran a la fe y, al decir que no, los mataron», explica Royo. Pero la comisión, en la que participaban los dicasterios para la Doctrina de la Fe, para las Causas de los Santos, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y para las Iglesias Orientales, tenía que valorar además «que la Iglesia copta estuviera de acuerdo y que no hubiera ningún problema doctrinal». La conclusión fue positiva, y se presentó al Papa Francisco, que la aceptó.
¿Podría repetirse este gesto a medida que avance el diálogo ecuménico? El promotor de la fe del Dicasterio para las Causas de los Santos apunta que se está estudiando el caso del español Osio de Córdoba. Curiosamente, a pesar de ser un obispo católico «es santo para la Iglesia ortodoxa pero no para la católica». Fue «un gran colaborador de san Atanasio, que se mantuvo fiel a la doctrina católica». Hasta ahora no se había dado el paso porque «tuvo un momento de debilidad en el que pareció que apoyaba el arrianismo, pero los estudios patrísticos e históricos más recientes» afirman que no fue así.
Diálogo pionero
Durante sus discursos, ambos líderes han recordado con agradecimiento el camino recorrido desde el encuentro entre sus predecesores, san Pablo VI y Shenouda III, del 9 al 13 de mayo de 1973, hace 50 años. Además de ser el primer encuentro entre un Papa copto y el Obispo de Roma, ha recordado Francisco, «marcó el final de una controversia teológica que se remonta al Concilio de Calcedonia», al firmar una declaración en la que ambas iglesias compartían una posición teológica común sobre la figura de Cristo.
También llevó a la creación de una comisión bilateral de diálogo ecuménico. Estos dos avances tuvieron consecuencias globales, pues facilitaron «el nacimiento de un fructífero diálogo» con «toda la familia de las Iglesias ortodoxas orientales» en distintas comisiones, así como la firma de declaraciones cristológicas similares con ellas.
Por otro lado, Francisco ha agradecido a Tawadros «la atención fraterna que sigue prestando a la Iglesia católica copta» en Egipto. Ahora, ambas participan en el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Egipto, creado en 2013. «Que la oración de los mártires coptos, unida a la de la Madre de Dios, siga haciendo crecer en la amistad a nuestras iglesias, hasta el bendito día en que podamos celebrar juntos en el mismo altar», ha concluido.
En su intervención, el Papa copto ha explicado su visión del mundo «como un gran círculo centrado en Dios: cada uno de nosotros está en un punto de este círculo y cada vez que nos acercamos al centro del círculo, nos encontramos acercándonos» unos a otros. El diálogo, ha añadido, «es un camino largo pero seguro, protegido por dos facetas del amor: el amor de Cristo por nosotros y el del amor recíproco». En esta llamada a amar a Dios para «progresar en la comprensión mutua», ha concluido, «nuestra fuente es la oración».