El Papa explica que limitó la Misa anterior al Concilio porque se usaba de modo ideológico
«Había que parar esta vuelta atrás, que no formaba parte de la visión pastoral de mis predecesores», dijo el Pontífice en su encuentro con los jesuitas en Budapest
El Papa Francisco alertó del indietrismo [del italiano indietro, que mira hacia atrás] en el encuentro que mantuvo con jesuitas durante la segunda jornada de su visita apostólica a Hungría, cuyo contenido ha sido publicado este martes por la Civiltà Cattolica. Lo hizo tras la pregunta de uno de los asistentes sobre el modo de aunar el mensaje de la Iglesia con el mundo moderno como pide el Vaticano II.
«Te aseguro —contestó el Papa— que el Concilio está todavía en vías de aplicación. Dicen que se necesita un siglo para asimilar un Concilio. Y sé que las resistencias son terribles. Hay un restauracionismo increíble. Lo que yo llamo en italiano indietrismo».
Para el Papa, la necesidad de estar continuamente mirando hacia atrás es «una enfermedad nostálgica». Y confiesa que este fue el motivo por el que limitó el uso del Misal Romano anterior al Concilio Vaticano II, liberalizado por Benedicto XVI en 2007. «Después de todas las consultas necesarias, lo hice porque vi que esa medida pastoral [la facultad de celebrar según este rito] estaba siendo usada de modo ideológico, para retroceder. Había que parar este indietrismo, que no formaba parte de la visión pastoral de mis predecesores», añadió.
Aunque jugaba en casa, las preguntas no fueron fáciles. Una de ellas versó sobre los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia, concretamente sobre cómo atender a los victimarios. «La pregunta es fuerte. El abusador debe ser condenado, sin duda, pero como un hermano. Una condena entendida como un acto de caridad. […] Incluso hablar con el abusador nos provoca repulsión, no es fácil. Pero ellos también son hijso de Dios. Y se necesita una pastoral para ellos. Merecen un castigo, pero también atención pastoral», sentenció.
Lo cuestionaron asimismo sobre su relación con Franz Jálics, el jesuita secuestrado varios meses por la dictadura argentina y que sugirió que había sido delatado por Jorge Mario Bergolio, aunque luego se retractó. «El mes pasado, la Conferencia Episcopal Argentina publicó dos tomos, de los tres previstos, con todos los documentos relacionados con lo que ocurrió entre la Iglesia y los militares. Ahí está todo», dijo Francisco.
También narró el encuentro con Jálics ya como Papa: «Cuando vino a verme al Vaticano la última vez, vi que sufría porque no sabía cómo hablarme. Había una distancia. Las heridas de esos años pasados permanecían en mí y en él, porque los dos vivimos esa persecución».
Para Francisco, Jálics fue «víctima de un entorno al que no pertenecía». «Él mismo se dio cuenta. Era el entorno de la guerrilla activa en el lugar donde él se desempeñaba como capellán. Pero en la documentación que ha sido publicada en dos tomos, podrán encontrar la verdad sobre este caso», insistió.