Lucas Gómez Usoz: «No me pareció justo el premio de Kennedy» - Alfa y Omega

Lucas Gómez Usoz: «No me pareció justo el premio de Kennedy»

José Calderero de Aldecoa
Lucas tiene 9 años, estudia en el CEIP Josep Tarradellas de Madrid y juega al hockey. A la derecha: La familia Gómez Usoz durante la videollamada con Kennedy Musonda. Fotos cedidas por Ainhoa Usoz Cazenave.

Lucas Gómez Usoz se encontraba recogiendo la cena cuando una noticia le llamó la atención. A Gavi, futbolista del Barcelona, lo habían nombrado mejor jugador de un partido y le entregaron un trofeo por ello. Sin embargo, en Zambia, el jugador Kennedy Musonda recibió cinco docenas de huevos por el mismo logro. Al niño la noticia le partió el alma —hasta las lágrimas— y decidió reparar aquella injusticia enviando al jugador africano una de sus medallas. Con la ayuda de su madre, Ainhoa Usoz, logró su objetivo, un gesto que está inspirado por la fe cotidiana de la familia.

¿Cómo te enteraste del premio que le dieron a Kennedy Musonda?
Lucas Gómez: Por la tele. Estaba encendida y era el momento de los deportes. Yo estaba recogiendo los platos de la cena. Me llamó la atención, porque estaban comparando el premio de Gavi con el de Musonda y no me pareció justo. A Gavi le daban un trofeo y a Musonda cinco docenas de huevos por lo mismo. Entiendo que en África, a lo mejor, ese es un galardón muy espectacular, pero a mí no me pareció bien y le quise mandar una medalla.

¿Cómo se la hiciste llegar?
L. G.: Fue mi madre la que se encargó de todo. Yo lo único que hice fue coger una medalla de mi caja, una que no tuviera ninguna inscripción por detrás, y ya está. Y si ahora Musonda la tiene, ha sido gracias a ella. Me ha gustado mucho que me ayudara a enviársela.

Creo que también le mandaste una carta. ¿Qué le contaste?
L. G.: Sí. Le dije: «Hola Kennedy. Soy Lucas Gómez Usoz. Te mando esta carta porque he visto lo del trofeo y los huevos y me ha parecido injusto. Me ha dado mucha pena. Por eso te quiero mandar esta medalla, porque tú también te mereces un reconocimiento».

¿Es la primera vez que solucionas una injusticia? ¿En el colegio, por ejemplo, también actúas si ves una?
L. G.: En mi cole no hay injusticias, pero si alguien se cae, voy a ver si está bien o si necesita algo.

Al final, Kennedy Musonda recibió tu medalla y pudiste hablar con él por videollamada. ¿Qué te dijo?
L. G.: Que estaba muy contento y que iba a colgar el premio en el salón. También me dijo que había estado jugando en España y que la medalla —cuya cinta tiene los colores de la bandera— le recordaba a cuando estuvo aquí.

Jesús dice que «quien no se hace como un niño no entrará en el Reino de los cielos». ¿Qué te gustaría cambiar de la sociedad?
L. G.: Me gustaría cambiar la desigualdad entre los países. Entiendo que no todos pueden ser iguales, pero tanta
desigualdad como hay ahora no me parece bien. Y también que a todos les dieran los mismos premios, no a unos una copa y a otros unos huevos.

¿Cómo logró dar con Kennedy?
Ainhoa Usoz: Es una historia larga. Hablé con multitud de personas, desde la periodista que firmaba la noticia que vio Lucas por la televisión hasta con el Arzobispado de Madrid, por si hubiera una orden religiosa en Zambia que me pudiera ayudar. Al final, fue posible gracias a varios amigos y al embajador de España.

¿Por qué decidió ayudar a su hijo?
A. U.: Lucas había visto una cosa que no le parecía bien y encontró una manera de hacer algo por mejorarla. Vi una enseñanza importante para él: cuando uno ve que puede cambiar algo, hay que implicarse. Además, para nosotros, como padres, ha sido una oportunidad importante para transmitirle que las cosas que son importantes para él tienen valor para nosotros.

¿Este sentido de justicia en su hijo viene inspirado por el Evangelio?
A. U.: Sin duda. No tanto porque él o nosotros seamos grandes estudiosos de la Palabra de Dios, pero, al menos, tenemos intención de hacerla vida en el día a día.