La consulta sinodal ahora será más plural - Alfa y Omega

La consulta sinodal ahora será más plural

Que los laicos y las mujeres voten el documento final del Sínodo es una «consecuencia lógica»

Victoria Isabel Cardiel C.
Francisco con miembros de la comisión preparatoria para la Asamblea General del Sínodo. Foto: CNS.

Desde el Concilio Vaticano II los Pontífices han convocado a todos los obispos del mundo a Roma durante unas pocas semanas para abordar ciertos temas que requerían de un cierto consenso y análisis. De estas reuniones, a puerta cerrada y sin periodistas, suelen nacer —tras una votación de los prelados— propuestas concretas que después presentan al Papa para el juicio final. Nunca son vinculantes, pero dejan una huella indeleble en la valoración del Pontífice, que después marcará las líneas maestras del futuro de la Iglesia. Antes solo se permitía participar a los laicos y a las mujeres en los debates del Sínodo, pero a partir de ahora también podrán votar el documento final que se redacta en cada uno de estos encuentros. Un paso que ya se había conseguido para los religiosos, pero que hasta ahora tenían vetado las mujeres superioras de órdenes religiosas, aunque gozaban del mismo estatus canónico, y también los laicos.

La principal novedad es que los diez clérigos que participaban en dichas asambleas serán sustituidos por cinco religiosas y cinco religiosos pertenecientes a institutos de vida consagrada. Además, se elimina la figura de los auditores y, en su lugar, participarán otros 70 miembros, no obispos, de los que se espera que, al menos, el 50 % sean mujeres. «El Papa está cambiando la manera de pensar y de vivir la diferencia entre el ministerio ordenado y el sacerdocio bautismal, extendiendo a todos los bautizados algunos derechos que hasta hace poco pertenecían a obispos, sacerdotes o religiosos», asegura la teóloga sor Linda Pocher, que tuvo la oportunidad de explayarse sobre este asunto ante el Papa Francisco y los cardenales que lo asesoran en el gobierno eclesial en una de las reuniones del C9. «El ministerio sacerdotal no confiere competencia en todos los campos de la vida. Por eso es importante que tengan peso las voces de los laicos y de las mujeres, para que esté representada una pluralidad de sensibilidades y carismas», incide.

«Es importante que esté representada una pluralidad de sensibilidades y carismas»
Sor Linda Pocher
Teóloga

Con todo, la composición de la asamblea no será igualitaria: «En una asamblea que probablemente superará los 200 miembros, habrá un máximo de 40 mujeres votantes, 35 de las cuales formarán parte de los 70 “no obispos” —no necesariamente laicos— y serán nominadas y no elegidas, como ocurrirá con los obispos y religiosos», asegura la italiana Paola Lazzarini, fundadora de la asociación Donne per la Chiesa (Mujeres por la Iglesia), una de las instituciones que hizo más ruido para reclamar este voto. «Las reivindicaciones de base de las mujeres de todo el mundo que han participado en los procesos sinodales han sido a menudo desestimadas en favor de los documentos elaborados por los grupos sinodales “oficiales” de las diócesis», denuncia.

Para el teólogo español David Luque, que trabaja en la Universidad Complutense de Madrid, la decisión del Pontífice supone «una apertura radical en la forma de entender la Iglesia», que «escucha al Espíritu Santo desde todos los rincones». «Hay un reconocimiento de la propia voz y de la propia experiencia eclesiológica de los laicos y de las mujeres, que es una consecuencia lógica del propio proceso de sinodalidad», incide Luque. Aun así, subraya que «lo verdaderamente importante» es que las decisiones que se tomen después «terminen permeando en las propias parroquias».

En este sentido, la teóloga española Cristina Inogés Sanz, miembro de la comisión metodológica de la asamblea, que culminará con dos reuniones en octubre de este año y de 2024, lo califica de «gran avance», impensable hace unos días», y que se enmarca en los «primeros pasos de lo que debe ser la Iglesia de la escucha y del discernimiento». «No puede ser que unos pocos decidan por todos; no puede ser que algunos varones decidan siempre por las mujeres. San Cipriano decía que lo que a todos nos afecta, por todos debe ser decidido y aprobado. Y esto lo decía en el siglo II…», asegura Inogés.

«No puede ser que algunos varones decidan siempre por las mujeres»
Cristina Inogés
Teóloga laica

Por su parte, la teóloga Alice Bianchi, de la Pontificia Universidad Gregoriana, constata que la decisión «responde a la realidad», ya que la Iglesia está compuesta «en su inmensa mayoría por laicos», aunque de momento su peso sea «solo simbólico». «Su nivel de competencia del mundo no es delegable en un obispo, por clarividente y atento que sea. Si pensamos en las mujeres, esta ampliación a experiencias vitales de otro modo excluidas es más evidente que nunca: la experiencia de un obispo no es asexuada, sigue siendo siempre una experiencia masculina», señala. De otro lado, insiste en que no se trata de que cada vez más personas accedan a puestos de poder, porque «este objetivo también podría perseguirse creando nuevos pequeños roles y manteniendo un entorno clerical». A este respecto, advierte de que ni siquiera la presencia de laicos constituye «una garantía».

Las próximas citas del Sínodo sobre la sinodalidad, que pretenden responder al deseo del Papa de convertir a la Iglesia en una estructura más horizontal, serán el laboratorio de pruebas de este nuevo sistema.