Colombia anuncia una nueva mesa de diálogo, esta vez con un grupo disidente de las FARC
Al diálogo de paz abierto con la guerrilla ELN, el Gobierno del país sumará próximamente un proceso similar con el Estado Mayor Central
El presidente de Colombia anunció el pasado lunes, por sorpresa, el inicio de un nuevo proceso de paz, que en esta ocasión tendrá como protagonista al Estado Mayor Central (EMC), un grupo disidente de las FARC que no firmó el acuerdo al que se llegó con este grupo armado en 2016. «Comienza un segundo proceso de paz. Se establecerá una mesa entre el Gobierno y el Estado Mayor Central», dijo Petro en un mensaje en Twitter sin dar más detalles.
El anuncio ha sido posible gracias a la suspensión de las órdenes de captura contra 19 líderes del EMC, una actuación que había pedido el Gobierno para avanzar en una posible negociación de paz. La anulación será efectiva, de forma temporal, «durante el término en que las personas relacionadas mantengan el reconocimiento de miembro representante», subrayó el Ejecutivo.
Con la puesta en marcha de esta mesa de diálogo, «prácticamente la mitad» de las personas armadas hoy entran a un proceso de paz con el Gobierno. «Aún falta la mitad. Estamos esperando los acontecimientos que se deriven de esa otra mitad, que aún continúa en la violencia», explicó Petro en una conferencia de prensa posterior al lanzamiento de su tuit.
Cabe destacar que el Gobierno de Colombia reactivó en noviembre el diálogo de paz con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional, que llevaban suspendidos más de tres años. Precisamente, el pasado viernes 10 de marzo el Ejecutivo y el ELN llegaron a un acuerdo en México y trazaron la hoja de ruta, con seis puntos específicos, para avanzar en las conversaciones en los próximos meses.
Ambas mesas de negociación responden a lo que desde el Estado colombiano han llamado una «búsqueda de la paz total». En este sentido, el presidente del país anunció el pasado 31 de diciembre un alto el fuego por seis meses con el ELN, el Estado Mayor Central, la Segunda Marquetalia (otra disidencia de las FARC), el Clan del Golfo y los paramilitares de la Sierra Nevada. Sin embargo, días después el ELN dijo que no se sumaba a ese pacto porque fue anunciado sin haber sido acordado en la mesa de negociación y de forma unilateral.
Largo camino para la paz
En cualquier caso, para la paz total todavía queda un largo camino. «Es mucho más complejo que unas negociaciones y firmar un documento», asegura Frédéric Mertens, profesor y coordinador del grado de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia. «Hay que desmantelar todos los negocios ilegales con los que se financian las guerrillas, pero también tienes que dar nuevas oportunidades a todas esas personas que se beneficiaban de ellos», explica. Es el caso de los agricultores de la coca, quienes técnicamente no pertenecen a ningún grupo armado, pero se ven presionados por estos para cultivar esa planta que luego servirá a los guerrilleros para ganar dinero. «No puedes eliminar los cultivos de coca y ya está, hay que dar una salida a todas esas personas y cambiar la cultura», sostiene.
Por otro lado, Mertens muestra su perplejidad ante el hecho de que la mesa de negociación con el EMC se haya anunciado a través de Twitter, lo que le hace sospechar al profesor de que se trate de una maniobra interesada dirigida a atraer inversores. «La búsqueda de la paz siempre es algo interesante, pero creo que en este anuncio hay más intereses». Hay que tener en cuenta que Petro «es el primer presidente de izquierda del país y no comulga con los principios de la Casa Blanca, de Estados Unidos» y, por otro lado, la situación económica. La inflación está creciendo. En febrero se situó en el 13,26 %. «Así que el país necesita de inversores, como China, que está ganando peso en la zona. El problema es que nadie quiere invertir en un país con inseguridad política, jurídica, física», concluye el coordinador del grado de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia.