Cirilo felicita a Francisco por el décimo aniversario de su elección
«En las actuales y difíciles circunstancias, haces una contribución significativa a la predicación del Evangelio de Cristo y prestas atención al desarrollo de las relaciones interreligiosas», afirma el patriarca de Moscú
«Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo». El Papa Francisco sorprendió ya desde sus primeras palabras, al presentarse como Obispo de Roma. Una de las interpretaciones es que con esta elección subrayaba su interés por el diálogo ecuménico, pues es este apelativo el que justifica su condición de primado entre las distintas iglesias cristianas y, en cierta medida, su carácter como rostro visible del cristianismo.
Al cumplirse diez años de aquella fumata blanca, los distintos representantes de las confesiones cristianas han querido unir sus voces para felicitarle. Bartolomé, patriarca ecuménico de Constantinopla, ha subrayado esta misma idea al felicitar a «mi amado hermano» con ocasión del décimo aniversario de «su elección como primer obispo de nuestra Iglesia hermana de Roma».
Ha rescatado de esta década «nuestra amistad y nuestra colaboración, especialmente en el ministerio de llevar consuelo y paz a todo el pueblo de Dios y en el mandato de promover el cuidado de toda la creación de Dios». Prioridades compartidas que «nos han acercado». «Apreciamos las prioridades de tu liderazgo», ha continuado, destacando también su «prudencia». «Personalmente, no veo el momento de compartir los próximos pasos de tu bendito camino, mientras nos aproximamos a la conmemoración histórica y a la celebración extraordinaria del primer Concilio de Nicea», en 2025 y que coincide con un Año Santo.
Aportación en tiempo de guerra
Aunque profundamente enemistado con Bartolomé, también el patriarca de Moscú y primado de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, ha coincidido en hacer llegar su felicitación y buenos deseos a Francisco. «En las actuales y difíciles circunstancias, haces una contribución significativa a la predicación del Evangelio de Cristo y prestas atención al desarrollo de las relaciones interreligiosas». Este diálogo puede, en la compleja situación actual, «conllevar buenos resultados».
Cuando conoció a Francisco, el primado de la Comunión Anglicana, Justin Welby, se encontraba «muy nervioso». Curiosamente, Welby había sido entronizado el 21 de marzo de 2013, solo dos días después que Francisco. Dos o tres meses después se produjo ese encuentro. «Nunca me había encontrado con un Papa, no sabía qué pensar, no sabía qué tipo de persona sería». Cuando entró y se sentaron, Welby al principio se asustó al oírle «soy mayor que tú». Pero enseguida añadió que «por dos días».
«Ese comienzo me reveló mucho» sobre él. Luego ha seguido experimentado «su humanidad extraordinariamente profunda», que «no compromete la verdad y que atribuye a cada ser humano un valor infinito. Muchos lo dicen, yo lo digo, pero él lo vive». Otro aspecto que ha señalado Welby es «una notable apertura en la aproximación a la verdad. Busca mirar los problemas a través de una lente distinta». Al hablar con él de las cuestiones a las que debe enfrentarse la Iglesia, «él mira dentro del corazón del hombre y encuentra formas de amar que pueden desbloquear las partes endurecidas del corazón». Por último, ha concluido que «la sencillez que aparenta es una sencillez genuina».
«Puentes de fraternidad»
También desde fuera del cristianismo han llegado las felicitaciones para Francisco. Como no podía ser menos, una de las principales ha sido la de su «querido amigo y hermano» el gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, su principal colaborador en la promoción de la fraternidad humana. «Agradezco con orgullo su ilustre camino durante los últimos diez años, durante los cuales quiso construir puentes de amor y fraternidad entre todos los seres humanos, y su incansable esfuerzo por promover los valores de la fraternidad humana y establecer el diálogo entre los seguidores de las religiones como base para lograr la paz que todos anhelamos».
En un mundo «lleno de desafíos, conflictos y dificultades en todos los niveles morales, económicos y sociales», es «grande la responsabilidad de los líderes y de una figura emblemática consecuente como tú para aliviar el sufrimiento del pueblo y de los oprimidos». Por eso, pide a Dios que «bendiga tus esfuerzos en la búsqueda de la paz y que nos ayude» a «cumplir con nuestro deber religioso y moral».
En representación del judaísmo, el rabino jefe de la sinagoga de Roma. El número diez, ha escrito, es «simbólico, la base de nuestro sistema de contar, son los diez dedos de la mano». Pero «para un estudioso de la Biblia, recuerda a los diez mandamientos, a las diez palabras fundamentales con las que se creó el mundo», así como las rebeliones del pueblo de Israel en el desierto. En esta fecha significativa, «mi deseo para el Papa Francisco es que continúe teniendo tanta salud, tanta fuerza y sobre todo que tenga sabiduría y continúe guiando a su comunidad con la fuerza y la sabiduría que ha tenido hasta ahora».
El Papa desea, como regalo de cumpleaños, «paz. Necesitamos paz». Responde así a la pregunta de Salvatore Cernuzio para el espacio Popecast, elaborado con motivo de su décimo aniversario por los medios vaticanos. «Parece que fue ayer», apunta al recordar su elección.
Los peores momentos de esta década han estados siempre relacionados con la guerra: las visitas a los cementerios militares de Redipuglia y Anzio, la conmemoración del desembarco de Normandía, luego la vigilia para evitar la guerra en Siria y ahora la barbarie que se vive desde hace más de un año en Ucrania. «Detrás de las guerras está la industria armamentista, eso es diabólico», dice Francisco. Confiesa que no esperaba ser Papa durante la Tercera Guerra Mundial. «Pensé que Siria era una cosa singular, luego llegaron los demás».
En contraste, el momento más bonito de esta década, afirma, ha sido para él «el encuentro en la plaza de San Pedro con los viejos»; es decir, la audiencia con abuelos de todo el mundo el 28 de septiembre de 2014. «Los viejos son sabiduría y me ayudan mucho. Yo también soy viejo, ¿verdad?». Para los próximos años, afirma tener tres sueños para la humanidad: fraternidad, lágrimas y sonrisas.