La ACdP denuncia que las leyes del Gobierno «atentan contra la vida, la libertad y la dignidad de las personas»
Anima a la sociedad civil a reaccionar, pues la defensa de la vida y la libertad «debería unir a creyentes y no creyentes»
La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) ha denunciado este viernes que las leyes que está promoviendo el Gobierno actual «atentan gravemente contra la vida, la libertad y la dignidad de las personas».
A través de un comunicado, añade que en un Estado de derecho como el nuestro y en un país «que se precie de defender la libertad y de proteger al débil, jamás el hecho de matar puede convertirse en un derecho». «Aunque lo diga la ley», explicita.
«Leyes como esta suponen un deterioro social, por cuanto tienen repercusiones en la sociedad entera, haciéndola más débil y más cruel», añade. «La deriva legislativa» del Ejecutivo, como la define la ACdP, tiene que ver con las leyes más ideológicas de esta legislatura; esto es, la LOMLOE, la ley de eutanasia, que cumple dos años en vigor el próximo mes de junio, o las más recientes reforma del aborto y la ley trans, que entró en vigor este jueves.
En concreto, sobre la cuestión del aborto, tema de actualidad no solo por la nueva ley sino por la reciente decisión del Tribunal Constitucional, la entidad señala que «no es cierto que una mujer sea más libre si se le niega la información».
Y continúa: «No es cierto que a los menores haya que protegerlos de sus padres, no es cierto que la única educación posible sea asumir todas las afirmaciones de género y, por supuesto, no es cierto que sea un bien acabar con la vida del débil, esté por nacer o en los momentos más vulnerables de su vida».
De este modo, advierte la nota, una legislación de estas características «trivializa el valor de la vida humana» y convierte al legislador «en el señor de la vida y de la muerte», algo que define «a los estados totalitarios».
«Rechazamos estas leyes que anulan las libertades más fundamentales. La defensa de la vida y de la libertad es una realidad que debería unirnos a todos, creyentes y no creyentes. Por ello, llamamos a toda la sociedad civil a reaccionar frente a unas leyes que nos hacen cada vez menos humanos, menos compasivos y menos libres».