Ya está en libertad el claretiano secuestrado en Haití - Alfa y Omega

Ya está en libertad el claretiano secuestrado en Haití

Antoine Macaire Christian Noah «ha conseguido escapar milagrosamente de sus secuestradores», que pedían un elevado rescate

María Martínez López
Noah en su profesión perpetua, en septiembre de 2020. Foto: Misioneros Claretianos.

El misionero claretiano Antoine Macaire Christian Noah, secuestrado a principios de febrero en Haití, ya se encuentra en libertad. Lo ha confirmado a Fides Fausto Cruz Rosa, CMF, superior mayor de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María en la región de las Antillas.

«Ha conseguido escapar milagrosamente de sus secuestradores el 17 de febrero, después de diez días de secuestro», explica Cruz Rosa en su nota. «Se encuentra bien y hemos conseguido trasladarlo a la República Dominicana», añade.

Antoine Macaire Christian Noah, de origen congoleño, había hecho su profesión perpetua en 2020. Desde hace un año era vicario en la parroquia de San Miguel Arcángel. El 7 de febrero, una banda de delincuentes armados lo secuestro cuando se dirigía a su comunidad, en Kazal. El grupo responsable de su desaparición exigió una elevada suma de dinero a cambio de su puesta en libertad.

«Estamos agradecidos a todos por unirse a nosotros en la oración y por la solidaridad que nos han mostrado en este contexto de violencia e incertidumbre que vive el pueblo haitiano», subraya el superior de los claretianos en las Antillas. «Por nuestra parte, seguiremos en nuestro compromiso de servicio».

Puerto Príncipe, «asfixiada»

En una reciente entrevista con Alfa y Omega el cardenal Chibly Langlois, obispo de Los Cayos, explicaba que Haití se encuentra sumido en una crisis «multidimensional, incluida una faceta de inseguridad y otra de inflación». La capital, Puerto Príncipe, «está asfixiada, rodeada por todos lados por bandas armadas». Esta situación «y la corrupción nos han hundido totalmente en el abismo». El resultado es «una sociedad en decadencia».

El país necesita «un apoyo efectivo, sincero y eficaz de la comunidad internacional». Por ello, el cardenal Langlois lanzaba «un grito de alarma a los países amigos en favor de este pueblo magullado que está perdiendo el aliento: no tarden más. ¡Hay demasiado sufrimiento, demasiados secuestros, demasiadas muertes!».