Javier Cremades: «Los abusos no son fenómenos puntuales»
Se cumple un año desde que los obispos pidieron una investigación al bufete Cremades & Calvo-Sotelo sobre estos crímenes en la Iglesia, pero el informe final requerirá más tiempo
Estaba previsto que la investigación durase un año, pero se extenderá más meses. ¿En qué punto está?
Mucha gente ya nos dijo en su día que un trabajo de esta envergadura iba a necesitar de al menos año y medio. Llevamos un año escuchando, en primer lugar a las víctimas y a las asociaciones de víctimas, pero también a instituciones como Save the Children, Fundación ANAR… que cuidan, reparan e intentan prevenir. Estamos recorriendo España para vernos con diócesis, órdenes religiosas y personas que nos lo piden. Queremos identificar los datos de la forma más precisa posible para responder de una manera adecuada a las víctimas, con una reparación integral. Estamos comprobando que los sistemas de prevención, alerta y respuesta son muy diversos. Queremos entenderlos y formular propuestas a la Conferencia Episcopal. Es un trabajo que había que hacer y creo que va a ser una manera de que la generación actual entienda y atienda este problema.
¿No hay protocolos unificados?
No los hay.
¿Cómo ha sido la relación con las víctimas?
Hemos tenido encuentros con las asociaciones y con víctimas individuales. En ambos casos han sido muy útiles. Además de ayudarnos a entender el daño causado, las asociaciones hacen una reflexión sobre cómo se puede prevenir y responder. Todo esto lo reflejaremos en el informe final. Entre unos y otros hemos escuchado unos 150 testimonios, a veces, en reuniones que han durado hasta cinco horas. Nos queda la fase final de conclusiones y propuestas.
¿Ha participado en los encuentros?
He estado en muchos con víctimas y asociaciones. También me he reunido con obispos, pero menos.
¿Y cómo lo ha vivido?
Está suponiendo una transformación interior enorme. Me está permitiendo comprender el dolor ajeno. Estoy alfabetizándome emocionalmente, entendiendo qué sucede por dentro en un abuso y comprobando que todos tenemos algún trauma en la vida. Es cierto que la agresión sexual es el grado máximo, pero entender qué se rompe y qué se puede reparar ayuda a que una persona pueda tener una vida nueva y mejor. Y el abuso no es solo el sexual, pues suele haber también abuso de poder, de conciencia y emocional. Está siendo un viaje interior ver a todas estas personas, que son seres humanos maravillosos y que lo que necesitan es un reconocimiento, aceptación y una respuesta que debe incluir un resarcimiento económico, aunque no es lo primero que buscan. Es imposible no emocionarse tras horas de escucha, empatía y atención. Los abusos no son fenómenos puntuales. Son muchas las personas que han sido atacadas.
Usted es creyente. ¿Y a nivel de fe?
Creo que es interesante ver lo que dicen las víctimas. Hay personas que, con el tiempo, refuerzan su relación con Dios. Generalmente suele haber un rechazo enorme, pues ves que alguien que representa a Dios destruye su vida en vez de ayudar a conectar con Él o acercar a los ideales más nobles. Hay gente que necesita comprobar que la parte sana de la Iglesia la entiende, la acoge, la protege y responde. Todos tenemos la obligación de reparar estos abusos. La gran pregunta es: ¿está el prestigio de una institución por encima de la dignidad de una persona? La respuesta es clara. El Estado de derecho y el funcionamiento de las instituciones en los países libres y sociedades sanas tienen a la persona en el centro. Nunca se puede defender el prestigio de una institución a costa de la dignidad de una persona.
Sería incluso antievangélico, ¿no?
También lo creo. No me siento con capacidad de hablar en nombre del Evangelio, pero como creyente de a pie pienso así.
¿Tiene algún cifra preliminar de los casos?
Todavía no hay cifras.
El abogado es presidente y fundador del despacho Cremades & Calvo-Sotelo, con presencia en 15 ciudades de ocho países. Es doctor en Derecho por la Universidad de Ratisbona y por la UNED. También es doctor honoris causa por la Universidad Internacional de Valencia. Cremadres fue pionero del derecho de las telecomunicaciones e internet en España.
Será la punta del iceberg.
Será un botón de muestra. La mayoría no habla. La dinámica del abuso lleva a la víctima a tener un desgraciado sentido de la culpabilidad, vergüenza y dolor, que se olvida y enmascara para protegerse. La cifra será una parte, pero más importante es entender el significado último del abuso y las formas de reparación y de evitarlo.
¿De qué época son?
En el caso de la Iglesia, entre los años 70 y 80. Eso no quiere decir que no se sigan produciendo.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
La profunda dignidad de las víctimas, muchas de las cuales han tenido la fuerza y el coraje de reconstruir sus vidas.
¿Cómo es la colaboración con diócesis y congregaciones?
Muy correcta. Están colaborando perfectamente. Ha sido la propia Iglesia la que nos ha encargado la investigación y nos ha pedido que lleguemos hasta el final. Hemos encontrado máxima cooperación.
¿Qué relación tiene con la comisión del Defensor del Pueblo?
Me he reunido con él. Estamos trabajando en paralelo con el deseo de que cada uno cumpla con su función. Si lo hacemos bien, seremos parte de una mejor atención a las víctimas.
El defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, manifestó el pasado lunes durante una comparecencia en el Congreso de los Diputados que pretende presentar su informe sobre los abusos en el seno de la Iglesia dentro de la presente legislatura.
Este anuncio significa que los resultados de la investigación tendrán que estar antes del mes de diciembre, cuando, según la mayor parte de analistas, se van a celebrar las elecciones generales.
Asimismo, Gabilondo pidió respeto para todas las víctimas, decidan acudir al bufete Cremades & Calvo-Sotelo, que trabaja a petición de la Conferencia Episcopal Española (CEE), o a su comisión, solicitada por el Congreso.