El Papa advierte de que la mundanidad es «lo peor para la Iglesia»
Francisco ha pedido anclarse en el Señor para salir a la misión y no apoyarse «en las certezas materiales»
El Papa ha recuperado el tema de la evangelización en la catequesis de la audiencia general y ha tratado de resolver «un aspecto que parece contradictorio»: la llamada de Jesús a sus apóstoles para que estuvieran con Él y poder enviarlos a predicar. «Para Jesús no hay ir sin estar y no hay estar sin ir. Tratemos de entender en qué sentido», ha sugerido Francisco.
«No hay ir sin estar», porque «el anuncio, la misión, nace del encuentro con el Señor». De hecho, «si no lo frecuentamos, nos llevaremos a nosotros mismos en vez de a Él y todo será en vano». Por otro lado, dice que no hay estar sin ir, porque «sin anuncio, sin misión, la relación con Él no crece», ha explicado.
Una vez que llama a los discípulos, el Señor proclama el discurso misionero, del que el Pontífice ha destacado tres aspectos: por qué anunciar, qué anunciar y cómo anunciar. «Encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir ser amados y salvados. Es un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros, sentimos la necesidad de difundirlo; pero en el mismo estilo, en la gratuidad», ha dicho sobre el primero.
¿Qué anunciar? El mensaje principal, según el Papa, es que Él está cerca de nosotros. Pero darse cuenta de esto no es fácil. «De hecho, es más fácil exhortar a amarlo que dejarse amar por Él». El motivo es que «nosotros queremos estar siempre en el centro, ser los protagonistas», pero «el anuncio debe dar el primado a Dios».
Por último, Francisco ha reflexionado sobre cómo anunciar. Para ello, ha rescatado una cita bíblica: «Yo os envío como ovejas en medio de lobos». Jesús no nos está pidiendo saber hacer frente a los lobos, sino «ser mansos e inocentes, dispuestos al sacrificio».
En este sentido, también ha recordado que Jesús no nos dice qué llevar a la misión, sino qué no llevar. «No nos apoyemos en las certezas materiales, ir al mundo sin mundanidad. Caer en la mundanidad es lo peor para la Iglesia».
Tras la audiencia, el Papa ha pedido no olvidar al «querido y atormentado» pueblo de Ucrania, «rezando para que pronto pueda terminar su cruel sufrimiento».
También se ha acordado de Siria, a la que ha enviado ayuda económica a través del Dicasterio para el Servicio de la Caridad. Y de Turquía, a donde llegarán 10.000 camisetas térmicas para los afectados por el terremoto procedentes de Nápoles.