Fase europea del Sínodo: «Queremos escuchar a los que están en contra»
El cardenal Grech, secretario general del Sínodo, muestra su deseo de «entender las razones de quienes no han querido hablar» en el proceso sinodal
«En la consulta sinodal hemos podido escuchar todas las voces, excepto la voz de los que no hablaron, porque no pudieron o no quisieron. Si no quisieron, tenemos que entender sus razones», ha afirmado este lunes el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, durante la asamblea europea de la fase continental del Sínodo en Europa, que tiene lugar hasta el 12 de febrero en Praga.
Después de una primera estapa en la que «pedimos escuchar a todos, incluso a los más alejados de la Iglesia, tal vez dando por sentada la escucha de quienes participan en la vida eclesial», ahora «siento la necesidad de subrayar que debemos prestar más atención a las voces dentro de la Iglesia», ha reconocido Grech.
El secretario general del Sínodo de los Obispos ha mencionado explícitamente dentro de esta categoría a las voces «que agitan y a menudo sacuden el cuerpo eclesial». Para ello, ha demandado «un lugar de encuentro donde todos se sientan escuchados», porque «no debemos tener miedo de confrontarnos».
En este sentido, «todos estamos llamados a dar nuestra respuesta» en el proceso sinodal, «desde los que están profundamente convencidos hasta los que todavía tienen dudas», y también «los que están abiertamente en contra», porque «a nadie se le impide hablar».
Para el cardenal maltés, «la verdad en la Iglesia no depende del tono y volumen de las afirmaciones, ni es hablando contra el proceso sinodal fuera de los lugares de escucha como podemos construir la comunión».
«No es un parlamento»
En la inauguración de la fase continental en Europa, el presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y arzobispo de Vilnius, Gintaras Grušas, ha señalado que con el Sínodo «no se trata de cambiar la doctrina», sino de «entender la doctrina, y transmitirla sin pretensiones», porque «para ser una Iglesia en salida necesitamos saber qué estamos trayendo al mundo y por qué lo estamos haciendo».
El presidente del CCEE ha destacado que «el desafío es entender que ser sinodal no es lo mismo que crear un parlamento de la Iglesia, en el que se votan y promueven unas ideas más acertadas y se rechazan las demás».
Al contrario, el proceso parte del hecho de que «Cristo es verdaderamente la esperanza de Europa». «Sabemos que hay sed de Cristo, lo vemos en los que se acercan a la fe católica, en los que simplemente buscan una fe. No podemos descuidar esta necesidad de espiritualidad. Una Iglesia sinodal no puede prescindir de un encuentro vivo con Cristo», ha agregado Grusas.
La fase continental del Sínodo tiene lugar estas semanas para siete zonas geográficas: África, América Latina y el Caribe, Asia, Europa, Oriente Medio e Iglesias Orientales, América del Norte y Oceanía. En Praga, los 590 delegados procedentes de las 39 conferencias episcopales de Europa participarán en la creación de un documento que se utilizará como base para la redacción del instrumentum laboris para la última etapa.
«No es una fase de definición de propuestas concretas, de promoción de agendas particulares que habían sido excluidas o de modificación de documentos», ha afirmado Mauricio López Oropeza, coordinador del grupo de trabajo en esta fase europea.
Para él, «lo más importante es que estos días sean una experiencia que ayude a crecer en el sentido de sinodalidad en el camino de la Iglesia. Los documentos y eventos son muy importantes en la medida en que conducen al objetivo mayor: crecer en sinodalidad».
En lo concreto, los delegados recogerán «aquellas intuiciones que resuenan más intensamente» en los encuentros compartidos, así como «las tensiones y diferencias» que se hagan presentes estos días, para concluir en «las prioridades y llamadas a la acción» comunes que quedarán recogidas y aprobadas este jueves en Praga.