Ya se puede visitar la tumba de Benedicto XVI
Se ha abierto este domingo a los fieles que han acudido numerosos para rezar a las grutas vaticanas donde yace
Desde el pasado jueves, cuando fuera enterrado en la cripta vaticana, se han llevado a cabo los últimos trabajos para acondicionar la tumba de Benedicto XVI, que ahora luce con un par de centros con flores a los lados y un bajo relieve en la parte superior que representa a la Virgen con el Niño.
Los restos mortales de Benedicto XVI reposan en un ataúd triple. El primero elaborado con madera de ciprés forrado de terciopelo carmesí en cuyo interior también se incluyeron los palios de arzobispo de Munich y obispo de Roma, las medallas y monedas acuñadas en el pontificado, y el rogito, el documento en el que se destacan hitos importantes de su vida. El segundo ataúd es de zinc y fue sellado con un soplete y el tercero es de madera de roble. Después fueron introducidos en el nicho.
En ese mismo nicho estuvo enterrado Juan XXIII durante 38 años, de 1963 a 2001, y, posteriormente, Juan Pablo II, de 2005 a 2011. Después las tumbas de ambos Pontífices fueron trasladas a sendas capillas de las naves laterales dentro de la basílica de San Pedro. Benedicto XVI había expresado al cardenal Comastri, cuando este era el arcipreste de la basílica, que deseaba ser enterrado en esa misma tumba.
Este domingo se ha abierto al público a partir de las nueve de la mañana y muchos fieles, romanos y visitantes, han pasado ya para presentar sus respetos y rezar ante la lápida que, como él mismo confesó en vida a su biógrafo Peter Seewald en el volumen de 2016 Últimas confesiones, solo pone su nombre.