Francisco da gracias a Dios por Benedicto XVI, «fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia»
El Papa recuerda a su predecesor durante la Eucaristía y el ángelus y lo encomienda a la Virgen María
«En estas horas invocamos su intercesión [la de la Virgen María] en particular para el Papa emérito Benedicto XVI, que ayer por la mañana dejó este mundo. Nos unimos todos juntos, con un único corazón y una única alma, al dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia».
Estas han sido las palabras que el Papa Francisco ha dedicado en la mañana de este domingo, 1 de enero, durante el rezo del ángelus, a su predecesor, que falleció este sábado a los 95 años y después de que su salud hubiese sufrido un empeoramiento en los últimos días.
Francisco, que ha intercalado esta alocución con algún silencio —secundado por toda la plaza de San Pedro— ha hecho referencia también a las imágenes de Benedicto XVI que desde ayer pueblan todos los medios de comunicación.
Poco antes, en la Eucaristía por la solemnidad de la Virgen María Madre de Dios en la basílica de San Pedro, también ha hablado del Papa alemán. «Y hoy encomendamos a la Virgen a nuestro amado Papa emérito Benedicto XVI para que le acompañe en su paso de este mundo a Dios», ha afirmado.
Las enseñanzas de María y los pastores
Las reflexiones que ha realizado tanto en la Misa como en el rezo del ángelus han tenido como protagonista a María, de quien los cristianas, ha dicho, tenemos mucho que aprender. Ha destacado, por ejemplo, que tras el nacimiento de Jesús ella se mantiene en silencio y deja todo el protagonismo al Niño.
También es modelo de cuidado y ternura, que «es el lenguaje de la Madre de Dios». «Si queremos realmente que el nuevo año sea bueno, si queremos reconstruir la esperanza, hay que abandonar los lenguajes, los gestos y las elecciones inspiradas en el egoísmo y aprender el lenguaje del amor, que es cuidado», ha añadido.
En este sentido, durante el ángelus, ha recordado que en este día la Iglesia también celebra la Jornada Mundial de la Paz y ha hecho una llamada a afrontar los retos del mundo —la guerra es uno de ellos— con «responsabilidad y compasión».
De algún modo, esta petición a la acción ya la había hecho horas antes en su homilía en la basílica vaticana. «Y ante la pereza que anestesia y la indiferencia que paraliza, ante el riesgo de limitarnos a quedarnos sentados delante de una pantalla, con las manos sobre un teclado, los pastores hoy nos estimulan a ir, a movernos por lo que sucede en el mundo, a ensuciarnos las manos para hacer el bien, a renunciar a tantos hábitos y comodidades para abrirnos a las novedades de Dios, que se encuentran en la humildad del servicio, en la valentía de hacernos cargo. Hermanos y hermanas, imitemos a los pastores: ¡pongámonos en marcha!», ha añadido.
Al mismo tiempo, el Pontífice ha advertido de que, en ocasiones, las prisas no dejan tiempo para pasar tiempo en compañía del Señor o para escuchar a nuestros seres queridos: esposa, marido, hijos, abuelo y abuelos. «Preguntémonos entonces si somos capaces de ver a quienes viven a nuestro lado, a quienes viven en nuestro condominio, a quienes encontramos cada día por las calles. Hermanos y hermanas, imitemos a los pastores: ¡aprendamos a ver! A entender con el corazón, viendo. Aprendamos a ver», ha concluido.
Puede consultar AQUÍ nuestro especial Muere Benedicto XVI con la última hora sobre su fallecimiento, semblanzas de su vida, opiniones y una galería.