El cardenal Barreto pide a la nueva presidenta de Perú que gobierne para todos
«Estoy un poco más aliviado» tras la «gran lección» que supuso la destitución de Pedro Castillo. Los obispos habían condenado de forma «enérgica y absoluta» su intento de golpe de Estado
El cardenal Pedro Barreto, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), pidió el jueves a la nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, que gobierne para todos los habitantes del país. En declaraciones a Exitosa Noticias, describió como una victoria de la democracia y «una gran lección» la destitución el miércoles del hasta entonces presidente, Pedro Castillo, después de que este anunciara su intención de disolver el Congreso para evitar una moción de vacancia en su contra.
«Estoy, de alguna manera, un poco más aliviado», afirmaba Barreto. «El país ya no resistía esa situación de ingobernabilidad y de evidente signos de corrupción. Por eso me parece que hay que resaltar desde el principio la capacidad de resistencia pacífica que ha tenido el país». Ni el propio Gobierno de Castillo respaldó este movimiento, y el ex jefe del Estado no tardó en ser arrestado por la Policía. El jueves, el juez supremo del país ordenó siete días de detención provisional contra él, informa EFE.
En su entrevista para el programa Hablemos claro, el cardenal Barreto describía el escenario actual como «una oportunidad para la presidenta Dina Boluarte de escuchar las voces diversas del pueblo y hacer de su gobierno no de un partido, porque tengo entendido que ella renuncio al partido Perú Libre, sino que sea de todos los peruanos».
En esa línea, alabó la actuación conjunta de las Fuerzas de Seguridad y las instituciones representativas. «Pero todavía tenemos que estar alertas para salir de este entrampamiento y que nunca más suceda lo que nos está sucediendo».
Condena de la CEP
El miércoles, la Conferencia Episcopal Peruana calificó de «inconstitucional e ilegal» la decisión de Castillo y rechazó esta «ruptura del orden constitucional» de forma «enérgica y absoluta». Y solicitó a las instituciones del país «asumir con plenitud sus funciones constitucionales para proteger y salvaguardar la democracia». El comunicado concluía con un llamamiento «a la unidad nacional, mantener la tranquilidad y poner coto a cualquier forma de violencia y de afectación de los derechos fundamentales de los ciudadanos».
Ese mismo día, después de jurar el cargo como presienta, Boluarte se reunió brevemente con el arzobispo de Lima, Carlos Castillo. En el marco de una ronda de contactos con los representantes de distintas instituciones del país, informa Efe, insistió en que es el momento de «trabajar en unidad» para cerrar las brechas y desarrollar el país. Con «sencillez y humildad», Boluarte dijo que trabajará para «poder hacer que el Estado llegue ahí con las personas más vulnerables», quienes no pueden sufrir las consecuencias del enfrentamiento entre el Legislativo y el Ejecutivo.
El arzobispo de la capital valoró el discurso de unidad que la nueva presidenta dio en la jura del cargo y reconoció que es una «fuente notable de esperanza» para el país. «Estoy muy contento de escuchar que un Gobierno de unidad nacional pueda ayudar a resolver las cosas de forma amplia», expresó el arzobispo a la jefa de Estado. Asimismo, le propuso una lista de problemas reales de los peruanos que deben estar entre sus prioridades, como el aumento del hambre, la sequía o la inestabilidad internacional.
Propuesta de diálogo
La Iglesia peruana llevaba tiempo haciendo aportaciones para intentar resolver la crisis de gobernabilidad que sufre Perú. En noviembre el presidente del episcopado, Miguel Cabrejos, se reunió con la delegación de Organización de Estados Americanos que visitó el país por este motivo a petición del mismo Castillo.
Ante el conflicto continuo entre los poderes ejecutivo y legislativo, la propuesta de la Iglesia fue la creación de dos mesas y dos grupos de expertos con la función de propiciar el intercambio entre ambas instituciones. «La imposibilidad de diálogo entre el Ejecutivo y Legislativo ha llevado a una total desarticulación», señalaba entonces ante los medios.
«Ponerse a un costado»
Ya en agosto, la (CEP) publicó un pronunciamiento en el que criticaba la «lucha interna» entre Ejecutivo y Legislativo. Además señalaba los «alarmantes niveles de descomposición política, social, económica y moral», la «desconfianza» de gran parte de la población y «la pérdida de credibilidad y gobernabilidad». Como respuesta, proponía «dar paso a una transición política que busque urgentemente una salida a la profunda crisis actual, priorizando la necesaria reforma política pendiente».
Más concreto aún fue en octubre el cardenal Barreto, que en declaraciones a la emisora RPP pidió al presidente Castillo «ponerse a un costado ante la realidad que vivimos, ante las evidencias de corrupción». Ante la pregunta de si sus palabras eran una llamada a que renunciara, respondió «exacto».