El Movimiento Laudato Si espera un «Acuerdo de París» en la Cumbre sobre Biodiversidad
Este miércoles arranca la COP15 en Montreal. La Iglesia propone crear áreas naturales protegidas en el 50 % del planeta
De los ocho millones de especies vivas que existen en el mundo, uno está en peligro de extinción. «Algunos investigadores incluso se atreven a hablar de la sexta extinción masiva en la historia del planeta», apunta Caroline Kiiru, que a partir de este miércoles será una de las representantes del Movimiento Laudato Si en la 15ª edición de la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad (COP15) que se celebrará en Montreal (Canadá).
La biodiversidad, explica, no se entiende solo como el número de especies vivas que existen en el planeta. También se incluyen en este concepto «los diferentes niveles de organización biológica y la variabilidad genética» dentro de cada especie; así como «los patrones naturales presentes en los ecosistemas».
¿Qué impacto puede tener en nuestras vidas que estos bienes se pierdan?
El descenso de la biodiversidad tiene muchas consecuencias, no solo para el medio ambiente sino también para los seres humanos, a nivel de salud y económico. A medida que degradamos los ecosistemas, aumenta el riesgo de pandemias en el futuro, como ha ejemplificado la COVID-19. La pérdida o el riesgo de extinción de las especies pone en peligro el bienestar humano porque afecta al suelo y el agua que son fundamentales para la alimentación. La capacidad de los océanos y de los bosques de absorber emisiones de CO2 disminuye si los ecosistemas se ven afectados negativamente. Este impacto no solo llegará a algunos lugares puntuales sino globalmente a todo el mundo.
Sin embargo, las naciones del sur global, que ya están experimentando las consecuencias negativas del cambio climático, serán también las que se lleven la peor parte de la pérdida de biodiversidad. Estos países no tienen la capacidad de mitigar y adaptarse rápidamente a estos cambios.
¿Es coincidencia que el impacto de la pérdida de biodiversidad y el del cambio climático se superpongan? ¿Hay relación entre ellos?
¡Desde luego! Es un proceso en dos direcciones: el cambio climático es uno de los principales motores de la pérdida de biodiversidad, y la destrucción de los ecosistemas mina la capacidad de la naturaleza de regular las emisiones de gases de efecto invernadero y de protegerse contra las condiciones meteorológicas adversas. Así se acelera el cambio climático y aumenta la vulnerabilidad a él. Por eso ambas crisis deben tratarse juntas con políticas holísticas y no como si fueran compartimentos estancos.
¿Los países del mundo llegan a la COP15 con los deberes hechos después de la COP14, celebrada en Egipto en 2018?
Después de un paréntesis por la pandemia, las reuniones se retomaron este marzo en Ginebra. En los encuentros celebrados desde entonces, se ha visto la necesidad de finalizar el marco de referencia. Ninguno de los Objetivos de Aichi [definidos en el Plan Estratégico de Biodiversidad 2011-2020, N. d. R.] se ha cumplido. Esto se atribuye a una falta general de inversión, de recursos, de conocimiento y de rendición de cuentas. Es necesario apuntar también que los objetivos nacionales de cada país participante no siempre estaban alineados con los Objetivos de Aichi. El Marco Global de Biodiversidad Post 2020 busca ocuparse de esta cuestión.
La COP15 será una ocasión crucial no solo para revisar los logros y el cumplimiento del documento marco sino una oportunidad para asegurarse de que las naciones lo adoptan, de que el Plan Estratégico de Biodiversidad 2011-2020 se revisa y de que se toman decisiones finales sobre temas relacionados, incluida la capacitación y la movilización de recursos.
¿Qué reivindicaciones llevará el Movimiento Laudato Si a Montreal?
El movimiento busca dar más eco a la necesidad de que no haya más pérdida de biodiversidad y de que todos nosotros asumamos nuestro deber moral y protejamos nuestra casa común. La encíclica Laudato si nos anima a invitar a todos al diálogo para tratar la crisis climática. Nuestro movimiento ha estado promoviendo la campaña Planeta Sano, Gente Sana, que tiene cuatro peticiones: abordar la emergencia climática y la crisis de biodiversidad conjuntamente; la promesa de que no habrá más pérdida de biodiversidad o de que al menos el 50 % del territorio y los mares sean áreas naturales protegidas para 2030; asegurar una acción global equitativa, incluyendo apoyo a los más afectados; y proteger y respetar los derechos humanos, incluyendo los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
¿Es optimista sobre esta cumbre?
Sí. Este año se ha visto un aumento significativo en la voluntad de asegurar que se termina y se adopta el Marco Global de Biodiversidad Post 2020, que se ha visto también como el equivalente al Acuerdo de París [sobre el clima] en lo que a la biodiversidad se refiere. Igual que con la Cumbre del Clima, abordar los subsidios dañinos y aumentar dramáticamente la financiación podrían ser algunos de los puntos clave. Hace falta que los países ricos inviertan más dinero en conservar la naturaleza dentro de su territorio y fuera de él. Proporcionalmente, la mayoría de ese dinero es necesario en los países en vías de desarrollo, que siendo los menos responsables se llevan la peor parte.
La biodiversidad puede ser apuntalar los esfuerzos por acabar con la crisis climática. Por eso necesitamos unirnos y vivir nuestra fe defendiendo la creación de Dios.